Roberto Rosado Fernández. Educador
El ingreso
de Sanchez a la Sociedad Secreta La Trinitaria y la asimilación de sus
postulados ideológicos y programáticos ,dió inicio a su vida política asumiendo
las responsabilidades y los compromisos
que implicaba la ejecución de las tareas que permitieran cumplir las
metas que conllevarían a la creación de una República libre ,soberana e
independiente de toda dominación extranjera.
El Juramento leído a los conjurados el 16 de
julio de 1838 por Juan Pablo Duarte asumía como normativa de cada miembro del
grupo, cito “cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva
del gobierno haitiano y a implantar una República libre y soberana e
independiente de toda dominación extranjera, que se llamará República
Dominicana”.
Como el que más Sanchez, luego de ser cooptado
para esta causa, juró a posteriori defenderla cumpliéndolo en la práctica “Así
lo prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja, y de no, me lo
tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición si los
vendo”
Además de
integrarse a las actividades programadas, participar activamente en el proceso
de 1843 para elegir representantes a la asamblea nacional con resultados
positivos para los Trinitarios y vista la persecución desatada contra ellos por
el gobierno haitiano, cruzar a nado el rio Ozama para informar a Duarte del
peligro que corría y, visto el peligro que implicaba las negociaciones que
hacían los conservadores con el Cónsul Francés Levasseur para salir de haití y
asumir el protectorado de Francia,
Sanchez participa en la redacción del Manifiesto del 16 de enero de 1844
mediante el cual se busca la separación sin mencionar la palabra independencia.
Este Manifiesto refiriéndose a Boyer señala,” Por
medio de su sistema desorganizador maquiavélico, obligó a que emigrasen las
principales y más ricas familias, y con ellas el talento, las riquezas, el
comercio y la agricultura, alejó de su Consejo y de los principales empleos a
los hombres que hubieran podido representar los derechos de sus conciudadanos,
pedir el remedio de los males y manifestar las verdaderas exigencias de la
patria”.
Asume con
gallardía elevar a lo más alto la bandera dominicana luego del trabucazo de
Mella aquel glorioso 27 de febrero de 1844, la presidencia de la primera Junta
Central Gubernativa y, para evitar que el grupo
conservador encabezado por Santana y Bobadilla entregue la recién
creada nación a Francia, ejecuta el
primer golpe de Estado el 9 de junio de 1844, en representación de Los
Trinitarios, dando muestra, una vez más,
de que la República debía ser libre no solo de haití sino de cualquier otra
nación por poderosa que sea.
La grandeza
y el nacionalismo de Sanchez lo refleja, con más vigor, el Manifiesto de 1861 al enterarse de que Pedro
Santana el 18 de marzo de 1861 anexó la República a España. Catalogó a Santana
de “déspota”, “el enemigo de vuestras libertades, el plagiario de todos los
tiranos, el escándalo de la civilización, quiere eternizar su nombre y sellar
para siempre nuestro baldón, con un crimen casi nuevo en la historia. Este
crimen es la Muerte de la Patria”. Y agrega “La República está vendida al
extranjero y el pabellón de la cruz, muy presto no tremolará mas sobre nuestros
alcázares.”
El referido
Manifiesto convence en cada párrafo su alto sentido de proceridad patriótica “pero
conocéis bastante mis sentimientos patrióticos, la rectitud de mis principios
políticos, el entusiasmo que siempre he tenido por esa Patria y por su
libertad, y, no lo dudo, me haréis justicia”.
Para
despejar toda duda de su nacionalismo y antiimperialismo indicó, “He pisado territorio de la República, entrando por
Haití, porque no podía entrar por otra
parte, exigiéndolo así, además, la buena combinación, y porque estoy persuadido
que esta República con quien ayer cuando era imperio, combatimos por nuestra
nacionalidad, está hoy tan empeñada como nosotros, porque la conservemos merced a la política de
un gabinete, republicano, sabio y justo.”
“Que no haya
tregua ni salvación para los traidores, mueran los traidores”.” Yo vengo al
país con el propósito firme de preguntar a quien deba si ha consultado el
querer de los dominicanos para anexar la patria a una nación extraña.”Claro está,
en estas palabras el antiimperialismo de Sanchez queda más que demostrado y la
condición de Padre de la Patria irremisiblemente probada.
Confirmada
por demás en el juicio que se le siguió en San Juan de la Maguana luego de su
apresamiento.”Si hay un culpable, el único soy yo. Estos hombres vinieron
porque yo los conquisté. Si hay de haber una víctima, que sea yo solo… Yo fui
quien les dije que debían cumplir con el deber de defender la independencia dominicana,
para que no fuera robada. De modo, pues, que si hay una sentencia de muerte,
que sea contra mi solo.” Y agrega,” Puesto que está resuelto mi destino, que se
cumpla”.
El valor
expresado con tanta claridad evidencia que en este patriota no había tarea más
importante que la causa de la patria, ni ninguna nación con la cual se pueda
hacer arreglos que comprometa su independencia y su soberanía. Eso lo demostró
en todas sus acciones prácticas desde que abrazó las ideas nacionalistas
contenidas en el pensamiento de Juan Pablo Duarte.
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