Héctor Enrique Méndez Guillú (Cuchí)
(Periódico Maguana, diciembre 1980)/ Director Luis Jimenez
Era la hora meridiana del 22 de Diciembre del 1855,
los dos ejércitos
el haitiano,
esas hordas de cafres que moraban en el lado oeste de nuestra frontera,
y el aguerrido y valeroso ejército dominicano,
se encontraron frente a frente en la llanura de Santomé
Presto a devorarse. Los gladiadores ya en el círculo rebosante de cólera
Ya puede verse al general José María Cabral y Luna
héroe indiscutido que celebró sus nupcias con la gloria en los campos inmortales de la Independencia Nacional, aguerrido cual Mariscal Ney, con el sable en la diestra estilando sangre de la cabeza cortada del viejo Antonie Pierre, conocido como Duque de Tiburón.
También puede verse al General Juan Contreras, el intrépido paladín que montado en la grupa de su espantadizo caballo se introduce como un bólido en las filas enemigas, así como el Coronel Santiago Suero, que cual otro Bonaparte en La Batalla del puente de Arcole, arrebata el Pabellón Dominicano y avanza hacia el enemigo despreciando una lluvia de balas que le venía encima para ir a colocarlo sobre un cañón haitiano como símbolo de victoria.
También al Sargento José Parreño, quien es ascendido en medio del combate.
A los Generales Eusebio Puello y Valentín Alcántara
A los Oficiales y Clase, José Leger, Pedro Florentino, Jesús Vicioso, Tomas Gracía, Emiliano Camarena, Pedro Andújar y otros que hicieron salir victorioso al ejército dominicano, el cual había sido sorprendido en la noche en el mismo campo de batalla.
Ellos duermen hoy en el panteón de los inmortales, porque ven al sol levantándose en el oriente, anunciando una Ruidosa derrota para las armas haitianas.
Así se hace Patria para legarla a las generaciones venideras.
! VIVA EL EJERCITO DOMINICANO !
1 comentario:
Gracias, Ike, a nombre de toda la familia descendiente del general José Maria Cabral y Luna.
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