Allí duerme por siempre el héroe de Bahoruco
*De cal y canto, atalayando la risueña villa que sirvió de tumba a la raza primigenia, cubierta y serpeada por la hiedra, la pequeña iglesia sirve de sepulcro al último Cacique, a Enriquillo, el último indio representativo de América, tan grande como Guatemozin y de mayor relieve que los propios incas coronados, rebeldes en el Cuzco a la invasora penetración de los Pizarro…
Allí duerme por siempre el héroe de Bahoruco, el bravío quisqueyano que se empina en las fulgencias de la gloria con más destacador relieve que la más alta cima de la sierra recortándose sobre el azur…. Allí duerme en la iglesia remota, junto a Doña Mencía, flor y alondra, en tumba que es tálamo fecundo.
(*) Por un viejo Templo/Papeles de Arturo Logroño.
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