En el día del agua, 22 DE MARZO
Mitopoema
José Enrique Méndez
Cuando el aire se fue quemando
astutas manos soltaron las riendas
La lluvia imprecisa trastabillaba
confundida en iracundo empuje del viento
Las gotas llegaban atadas al torbellino
con formas distintas
como lágrimas alargadas
Entonces fue el levante aterrador
Asustada, desmontó de la cabeza
el higüero
corrió buscando abrigo
en la red cavernaria caliza
en Seboruco
subió a lo alto del Mogote
Guabancex, arrojó su maléfica mirada
la lluvia infernal, furiosa con viento embravecido
Ordenó a los gemelos
Boínayel y Márohu,
desatar furia del agua
y lavaron cumbres,
sabanas y colinas.
El torrencial desbordó las cuencas
cubriendo de espeso manto de agua dulce
el Valle Niti del Maguana.
Mucho tardó para el lago descubrirse y secarse.
Sarobey, la niña taína
de nombre frágil, pero coraje de piedra
decidió, reencontrar el batey
a Caonabo y su tribu
en los confines del Maguana
Descendió las pendientes peligrosas del farallón
emprendió travesía
quitó rastrojos,
troncos y raíces
los grandes árboles volcados
Encontró el sembradío de yuca
Nunca aceptó morir en el diluvio
era imposible por ser hija de Apito
destruir el éxtasis místico
un elemento
atado a la diosa madre de la piedra
José Enrique Méndez
Cuando el aire se fue quemando
astutas manos soltaron las riendas
La lluvia imprecisa trastabillaba
confundida en iracundo empuje del viento
Las gotas llegaban atadas al torbellino
con formas distintas
como lágrimas alargadas
Entonces fue el levante aterrador
Asustada, desmontó de la cabeza
el higüero
corrió buscando abrigo
en la red cavernaria caliza
en Seboruco
subió a lo alto del Mogote
Guabancex, arrojó su maléfica mirada
la lluvia infernal, furiosa con viento embravecido
Ordenó a los gemelos
Boínayel y Márohu,
desatar furia del agua
y lavaron cumbres,
sabanas y colinas.
El torrencial desbordó las cuencas
cubriendo de espeso manto de agua dulce
el Valle Niti del Maguana.
Mucho tardó para el lago descubrirse y secarse.
Sarobey, la niña taína
de nombre frágil, pero coraje de piedra
decidió, reencontrar el batey
a Caonabo y su tribu
en los confines del Maguana
Descendió las pendientes peligrosas del farallón
emprendió travesía
quitó rastrojos,
troncos y raíces
los grandes árboles volcados
Encontró el sembradío de yuca
Nunca aceptó morir en el diluvio
era imposible por ser hija de Apito
destruir el éxtasis místico
un elemento
atado a la diosa madre de la piedra
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