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miércoles, 24 de febrero de 2010

La Valoración de Lusitania Martinez sobre Liborio Mateo




La autora de "Palma Sola: opresión y esperanza, su geografía mítica y social", trató de con el proyecto La Ruta de Liborio de valorar en su justa dimensión a Liborio, un personaje que existió a principios del siglo XX dirigiendo, según su prisma, un movimiento mesiánico y de identidad cultural que validaba no sólo lo español y lo taíno sino lo negro como parte de la religiosidad popular.

Inmersa en el tema del liborismo, que la apasiona y la arrebata, preparó
en junio para la fecha una serie de actividades que incluyeron la reedición de su libro, una peregrinación de palos y salves desde Maguana Abajo hasta Maguana Arriba, donde se debió develar un monumento a Liborio, con el cual se concluyó con un seminario internacional organizado por la Academia de Ciencias de la República Dominicana, en el que participaron intelectuales dominicanos, así como uno de los profesores suecos que han investigado sobre el tema.

Defensora asaz del liborismo y sus manifestaciones, sustenta que este movimiento es catolicismo popular y no está vinculado a brujería, hechicería o satanismo, como aseguran algunos sectores religiosos.



LA RUTA HACIA LIBORIO

El aspecto sagrado del liborismo: filosofía


LUSITANIA MARTÍNEZ

Encuentro necesario en esta coyuntura de liborismo, profundizar el aspecto sagrado del mismo, tanto del liborismo de principios del siglo xx como el de Palma Sola y concluir con por lo menos una aproximación a la situación actual de esta práctica católica popular. Pero estimo mucho más importante, guiándome sobre este aspecto sagrado, agregar al análisis breve de los dos temas, algunos comentarios esclarecedores, según mi punto de vista, de ambigüedades, confusiones, sinceros enfoques orales y escritos que han provenido de ambientes intelectuales y no-intelectuales, sectores campesinos nativos de San Juan de la Maguana, liboristas y anti-liboristas, etc., sobre este importante movimiento religioso.

Yo creo que debe colocarse en un primer plano la mirada sobre el carácter religioso del movimiento. Pienso que la duda sobre este aspecto afirma erróneamente su carácter político-partidarista y por otro lado estimula irreverentemente, como se ha hecho, incluso de parte de algunos compatriotas de Liborio, la ironía sobre la actividad de resistencia de los liboristas contra los americanos.

Naturalmente, terminamos categorizando este movimiento como de corte mesiánico, típicamente mesiánico, ya que a pesar de su especificidad guarda semejanza con la gran cantidad de otros movimientos mesiánicos que han existido, algunos de los cuales menciono en mi vieja investigación (Martínez, 2003), y tendremos también que aceptar su carácter de afirmación de la identidad cultural dominicana, puesto que la religiosa utopía milenarista de los dos movimientos (vivo Liborio y ya muerto en Palma Sola) se canalizó a través de los discursos y prácticas de las viejas ceremonias negras, taínas y españolas de la isla en la plataforma católica popular, que se explica en el libro de mi autoría (op.cit.).

El aspecto religioso-cultural de este movimiento nos llevaría a resaltar que el liborismo de principios del siglo XX es un catolicismo popular (a San Juan Bautista, San Antonio, el Gran Poder de Dios, el Espíritu Santo, la Santísima Trinidad y la Virgen de la Altagracia como los santos más preferidos) y guarda una relación de continuidad con el liborismo palmasolista. Identificado con la práctica vudú, tal y como hacen algunos, es desconocer dicha relación y la temprana influencia que en Santo Domingo respecto a Haití tuvimos de la cosmogonía y la mitología de los africanos, resultando de esa convivencia directa, recreaciones de prácticas nativas como en el caso de Palma Sola, donde estaba la "salve de tumba coco", el "reglamento de componte", el "pacto de brujas", que son cuestiones puramente nativas, probablemente directas de los negros africanos, recreadas por el dominicano y sobre lo cual no se ha hecho ningún tipo de investigación. Por lo tanto no se debe aseverar que son prácticas que vienen del vudú de Haití. La defensa de la raíz negra-dominicana proveniente de Haití y no de África ha sido una estrategia de algunos trabajadores culturales que, sin que se haya llevado a cabo ninguna investigación etnológica en relación a nuestra cultura como país hermano, es una forma de defensa contra la hispanofilia y el antinismo y la defensa de lo negro, pero es errada.

Del mismo modo, no pocas personas, de forma inocente o no, consideran que destruye este discurso la esencia del movimiento mesiánico liborista de los dos tiempos, afirmando que Liborio no fue ningún guerrillero, que no sabía pelear, que era un bandido y promiscuo y que si organizó e inspiró dos movimientos de carácter religioso, mayor razón hay para dudarse de su naturaleza levantisca.

Yo, por lo pronto, nunca he visto que Liborio fue un guerrillero; tal connotación se oye tan fuerte como denotar el movimiento liborista de revolucionario en los términos modernos. Pero con Lundius (véase Lundius y Lundahl, 1989) reconozco que se ha reconstruido el movimiento liborista de principios de siglo, después de que nosotros hayamos reconstruido el movimiento de Palma Sola. De modo que ya parece que tenemos las dos restauraciones desde el punto de vista mesiánico, aunque quizás haga falta la comparación exacta entre los dos.

Reconstruido el mesianismo liborista y palmasolista se puede afirmar que el liborismo es un mesianismo. En mi libro (op.cit.) planteo por qué el movimiento de Palma Sola es un mesianismo: por el contexto de opresión y explotación de todos los mesianismos, la distancia que hubo entre la Iglesia institucional y el catolicismo popular, los procesos de modernización, de campesinación, proletarizaación y otras causas que tienen que ver con la cultura del lugar, la forrma de resistencia que desde siglos hubo en San Juan, la práctica comunal de trabajo laboral, como el convite y una literatura del descontento muy clara, como las salves. Pero Jan Lundius, en su estudio del liborismo también habla de las sanaciones, milagros, profecías, adivinación, clarividencia, poder del Mesías contra el anticristo, los signos apocalíptico s que se verán cara a cara con el Milenio: el cometa, el terremoto, la guerra y el miedo del fin del mundo. Estos movimientos mesiánicos, en sus discursos y prácticas, fueron de carácter revolucionario. Más adelante diremos en qué sentido.

He comprobado y afirmado y sostengo hoy, citándome textualmente a mí misma, que la conciencia ideológica de los dos movimientos se caracterizó por la afirmación de la identidad cultural, por intentar concretizar o ser una utopía milenarista y por tratarse de un movimiento mesiánico de protesta social: tres aspectos que se condensan en el orden religioso y pese a ello, como ya dije, determinado social y culturalmente.

Para delimitar el argumento de que fue un movimiento contestatario -el de Palma Sola, por lo menos- algunos estudiosos se han referido a que la relación del liborismo con la Iglesia de la época no fue una relación de cuestionamiento. Pienso que dicha afirmación podría confrontarse con algunos acontecimientos. El contenido de algunas salves liboristas de la época que hoy perviven y de la literatura del descontento, prácticas e informaciones sobre Palma Sola, hablan un poco de cómo la actividad católica estaba simbólicamente identificada con la hispanidad. Pero en Palma Sola hubo una erosión de la legitimidad de la Iglesia, una ruptura clara en la comunidad de los fieles entre la Iglesia institucional y el catolicismo popular de las prácticas liboristas palmasolistas.

Con Liborio, Jan Lundius plantea de forma reveladora (op.cit.) que en el 1911 la imaqginería de los creyentes liboristas afirma que su Mesías produce el terremoto de San Bruno como castigo a sus perseguidores y hasta provoca que una iglesia católica se caiga. Por otro lado, los sacerdotes que iban a La Maguana para participar en ceremonias a la Virgen María, a pesar de que muchos acudían y recibían regalos que les daba Liborio, eran mal vistos por sus colegas (Lundius y LundahI, op.cit.). Por lo emás, considero que solamente las creencias milenaristas-liboristas del siglo XX y muchas de sus ceremonias cuestionaban la teología y el ceremonial católico instituciona1. La filosofía liborista de Palma Sola, su cosmogonía, plantea que los misterios están antes que Dios, pese a que caen dentro del catolicismo popular; es decir, que los misterios son eternos, y la afirmación de que "para ser hay que nacer", trae una estrategia distinta a la Iglesia Católica, en el sentido de que ellos no buscan a nadie para evangelizar, mientras que los católicos sí lo hacen (véase el mito sobre San Antonio, etc., en nuestro libro, op.cit.: 162, 163 Y 191).

La prohibición de los toques de palos, de prácticas de origen negro, del vudú, acusaciones, apresamiento de Liborio, la persecución de los Mellizos, perseguidos todos -incluyendo a los liboristas y a Liborio mismo- a causa de la práctica ilegal de la medicina, confirmaba la presencia de miles de campesinos en busca de milagros y sanaciones físicas y sicológicas. Advierte la oposición de la Iglesia, de políticos y de la sociedad civil elitista.

La propia Biblia, con su división en capítulos y versículo s, ha sido reelaborada por los liboristas palmasolistas, como se hace notar en una entrevista que realicé a un sobreviviente de Palma Sola. Dicho informante me escribió y ofreció en un papel algunos capítulos y versículos de la Biblia, interpretados desde su propia filosofía. Jan Lundius habla de todo el capítulo XIX del Apocalipsis para relacionar el liborismo con la Biblia, pero los capítulos que se citan aquí como información, para que se profundicen y se estudien a la luz del liborismo palmasolista, son los siguientes: Lucas 6:42-45 (el árbol y su fruto), que el informante liborista llama "La razón de la fe de Liborio"; Marcos 10:13-15, que se titula "Liborio anuncia su muerte"; Lucas 18: 31 a 34 y Mateo 20:17,18, que tiene como epígrafe "Juan Luna traiciona a Liborio"; Marcos 14:10, 11; Mateo 26:14-16; Lucas 22:3-

6. Es apasionante tomar la Biblia y leer todo eso en que liboristas palmasolistas, de manera personal, recrean la religiosidad de la Biblia y desde su óptica catolicista popular llaman a esos capítulos "Liborio llora por el mundo", "Le hace advertencia", etc.

Los discursos y prácticas liboristas son literatura y metáfora del descontento, aunque no se revierta en una confrontación abierta y esplicita. Es una forma de resistencia y de defensa de su identidad, de sus mitos y origen frente a la sociedad dominante, es una insolenncia. El liborismo es acusado de promiscuidad en 1910 ("Manto arriba y cayuco en mano"). La figura de la promiscuidad liborista por commprobarse -todavía no se conoce con certeza- como aludía por lo meenos para el liborismo Roberto Cassá, está presente en muchos mesiaanismos del mundo, que practican el sexo en nombre de Dios como una liberación, emancipación y fuga, pero como compensación al estado de opresión y represión de los que viven en situación de exaltación, tensión y descontento y de los que no son escuchados porque no tienen voz. Eso es revolucionario.

Son revolucionarias las ideas básicas del igualitarismo comunitario del liborismo ("Todos para uno, uno para todos") características de los mesiánicos: libertad, unidad, llegada de un mundo mejor, o sea, el Milenio, fin de la perversidad, lucha contra el mal y el anticrissto, acción contra la brujería y los males físicos y psicológicos, obserrvados en sus ceremonias, discursos y escritos.

Yo manejé mucho material del liborismo de principios del siglo XX. Se observa en esa literatura del descontento una aspiración a cambiar el mundo de forma radical y universal, una conciencia social revolucionaria, canalizada a través de la religión que refuerza la acción comunitaria. En las salves, proverbios, prédicas, reglamentos, oraciones y todo el contenido de la literatura del descontento hay una fuerte crítica a la sociedad; y está la afirmación del derecho a la libertad, pero canalizada mediante la religión que les sirve de puente de protesta social y de afirmación cultural. La crítica irradia contra la sociedad que canaliza a través de estos, de los discursos religiosos y prácticas en las ceremonias religioso-católicas, como dice EzeequieP.

I El representante filosófico del mellizo de Palma Sola, León Romilio Ventura.

Ellos, de aspiración universal y radical, canalizan su mesianismo y sus creencias milenaristas en la plataforma católica popular de origen africana, española y taína, como también se ve en el liborismo y que Lundius documenta (con sus bailes de comarca, conrrueda, palos, salves, ron, posesión, fuentes y cuevas relacionadas con el Gran Poder de Dios y con los taínos, vestimentas con cuerdas amarradas al pecho, brazo izquierdo y cintura, escapularios, formas de saludos, vivencias, cruces, etc,. pero desvinculado todo esto de lo político partidarista.

Por eso planteo que pese a su carácter religioso es mesianismo, es anti-casista y anti-capitalista en la forma en que puede serlo un grupo campesino, milenarista, pre-moderno, pre-capitalista que persigue la unidad, la igualdad, el igualitarismo comunitario a través de la utopía del Milenio. La búsqueda del Milenio es profundamente contestataria y revolucionaria. La conciencia de clase (noción del dinero, compartir todo, repartir tierras, nivelar status, etc.) existe en muchos mesianismos y está en Palma Sola. Plini02 prohibió que se vendiera dentro del corral.

En México hay formas mesiánicas en que ocurrió lo mismo, que en vez de acumular dinero y vender, lo que había eran acciones de intercambio mercantil simples. Estos son, a mi modo de ver, expresiones anti-clasistas, anti-capitalistas y que existen en los mensajes y acciones cotidianas, aunque los liboristas persigan una vuelta atrás, a un estado de inocencia que es el llamado estado-naturaleza, porque es el estado que se tiene en el imaginario de bienestar, justicia e igualdad en relación a la llegada de la modernidad y el desarrollo.

Liborio no fue un guerrillero revolucionario en el sentido moderno de la palabra, pero la organización de su comunidad mesiánica, a través de discursos y prácticas religiosas, tuvo esa vía como la única posible en la vida cotidiana y profana de exponer su descontento y manifestar la conciencia popular campesina en crisis, que se rebeló varias veces contra los americanos.

Aún a la defensiva, Liborio y los palmasolistas aspiran radicalmente a otra sociedad, aunque la forma religiosa de la protesta y el anhelo intercepten la acción social. Sus objetivos ya vistos aquí (contra la maldad mundial, contra la explotación y la opresión en general) proponen cambios radicales, pero no tienen a mano una teoría y práctica cultural política, digamos que moderna, sino la forma religiosa que le sirve de lenguaje y que en determinadas condiciones de explotación y opresión asume formas revolucionarias entre esas masas pre-modernas en vías de modernización y de proletarización.

La tipificación del movimiento liborista como afirmación cultural mesiánica y de protesta social, esclarece muchas sustentaciones ambiguas, oscuras, malintencionadas -que se dan en el propio San Juan (¿Qué mesianismo?" ¡Ese era un bandido!")- prejuiciadas y confusas afirmaciones desde el punto de vista étnico y político-clasista.

Antes de que se comprobaran por el trabajo de campo esas categorizaciones tenía sentido pensar que eran atrasados, conservadores, satánicos, brujos y brujas, violadores, partidistas y gol pistas, hechiceros y perversos, sucios negros promiscuos, y asesinos de militares. Hoy ya se sabe que todo lo que no es hispánico se considera inmoral y hediondo, pero que los liboristas, por largos años reprimidos, son gentes buenas aunque pobres, oprimidas y explotadas. Persiguiendo el fin de la maldad mundial, serían incapaces de asesinar a ningún militar aunque se apellidase Rodríguez Reyes.

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