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domingo, 11 de julio de 2010

La sombra intolerante de Miguel Angel Roca




Relato

Por: José Enrique Méndez Díaz /

Desde las filas del horacismo, durante la intervención Norteamérica, hasta la dictadura de Trujillo, en el escenario político, el Agrimensor de oficio Miguel Ángel Roca, fue símbolo del mal en la vida de los pueblos del sur de la República Dominicana.

Su recuerdo recupera el objeto primordial demencial del crimen, “la perversidad con que siempre proyectó su imagen , que no tuvo reparo en dotar de carnalidad cada hazaña desgarradora inspirada en su visión ideológica de miserable bandido.

Haciendo referencia a su deprimente conducta, Víctor Garrido le hace conocer como pregonero del crimen al decirnos: “El sobresalía por la saña con que combatía y perseguía a los miembros del Partido Legalista que hasta que se proclamó la Ocupación era dueño de las fuerzas políticas del Sur, a pesar de que la posición que ocupaba la debía a recomendación de su compadre el general Carmito Ramírez quien creyó que con él en el mando de la provincia los legalistas tendrían la seguridad a que aspiraban”.

Hacer reflexión hoy sobre este trágico personaje es aportar al difícil proceso de entender el mal inminente de algunos signos negativos del autoritarismo en los procesos de cada escena de nuestras épocas oscuras.

Cuando las tropas americanas ocuparon en 1916 la ciudad de azua Miguel Angel Roca ejercía las funciones de Gobernador de la provincia. Desde la sombra, intolerante en su quehacer político, fue signo patético que ordenaba y representaba el lenguaje tenebroso del poder, la intimidación, la violencia que imponía el miedo.

En "La Ruta de mi vida”, Garrido describe con dolor las operaciones represivas de este personaje sombrío:

“Se convirtió en el terror de la provincia de azua por la fama siniestra de que disfrutaba. Por ejemplo, cuando llegaba a San Juan acompañado de los maleantes que le servían de guarda espaldas, las familias cerraban cautelosamente sus puertas y se murmuraba por lo bajo: “llegó el tigre”.

"Siempre, tras su partida, algún hecho desgraciado ocurría”.

Era como si la maldad le fuera necesaria para vivir.

“Le obsesionaba acabar con los hombres de la familia Ramírez, porque como dirigentes del Legalismo su influencia en la política del Sur era decisiva”: Intentó en varias ocasiones eliminar al General Carmito Ramírez, de igual manera al General Juan Bautista Ramírez, quien “representaba el prestigioso político en Bánica, al haber descollado en la revolución del Sur en el año 1912 combatiendo junto al General Carmito y sus demás hermanos hasta obtener la victoria, siendo premiado por sus compañeros de armas con la Jefatura Comunal”.

En el sur de la República Dominicana, es tradicional que entre los Ramírez de San Juan el valor se da silvestre, razón por la cual el Gobernador Roca decidió suprimirlo, para lo cual “envió a Comendador a sus secuaces José Marchena y el Chivero, dos malandrines, quienes se unieron al Jefe Comunal Saturnino Sánchez, otro de la misma calaña, y se trasladaron a Bánica a reducirlo a prisión”, quienes le obligaron montar de manera abusiva a su caballo; pero una vez alcanzó subir, murió ante los ojos espantados de los perseguidores que ejecutaban las ordenes del criminal Miguel Ángel Roca.

El General Bautista, quien había jurado antes “No estoy dispuesto a dejarme humillar por ningún americano, no se dejó humillar. Murió como un hombre, se metió la mano en el bolsillo y sacando un paquetito donde llevaba siempre el veneno, prefirió morir. Murió en manos de saturnino Sánchez, José Marchena y el Chivero, el 14 de agosto de 1917.

Muchos años después, se completa “La Vida, Pasión y Muerte del Diputado Roca”. Andrés L. Mateo, en su obra "Al Filo de la dominicanidad", nos narra cómo siendo presidente de la Cámara de Diputados, lo metió Trujillo en la cárcel por pasquinero contra el Gobierno:

“Al diputado Roca le hicieron tragar los anónimos y purgó varios meses en prisión. Cuando regresó al viejo hogar se sintió incapaz de sobrevivir a la vergüenza, y se murió de ganas de no vivir”.
Salió de ella a morir cubierto de ignominia.
Así mueren los bellacos.


A Lina Castillo Castillo, les gusta esto.

A Ramón Saba y Mercedes Farias les gusta esto.

Juan Tobias Leon Ortega
Seguimos hermano, en relatos interesantes, muy interesante.

Mariade De los Santos
GRACIAS ENRRIQUE MENDEZ DE TODO CORAZON, POR EXPONER ANTE TODOS ESTOS RELATOS, QUE NOS HACE CONOCER MAS DE NUESTRA HISTORIA.


Ramón Saba
Hermosa manera de relatar que cautiva.

Jose Abigail Cruz Infante
Paarte de la historia viva del Sur. Un politico de conducta abyecta y miserable. El relao de Ike retrata nitidamente el personaje. Un buen aporte a la dilucidacion de estos temas regionales.



Victor Jose Peralta Diep
Muchas gracias ike por esos relatos que nos envias para la alimentación de nuestra cultura y así enseñarselas a los que nos siguen en nuestra generación y asíi seguir cultivando nuestras obras para que nunca se olviden.


Tirso Cabral
Tirso Cabral
Me gusta mucho el relato, para mi esto es la huella historica de nuestros pueblos, tambien la pintura excelente !!!

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