Cassandro Fortuna
Hace poco envié un e mail en el cual te exponía sobre una jornada que se lleva a cabo en el City College de la Ciudad de Nueva York y en la cual estoy participando como oyente. Se trata de un simposio Internacional y multidisciplinario sobre la norma de la homogeneidad en el discurso oficial
sobre la dominicanidad y el papel de la diversidad en las agendas sociales
auspiciadas por la sociedad global.
En el curso de la misma el escritor dominicano Silvio Torres Saillant, del Instituto de Estudios Dominicanos (CUNY), del City College, hizo un interesante comentario en torno a los pueblos del interior, y a lo que yo añadiría "la cultura de la segregación" cuando desde Santo Domingo se habla
de "los pueblos del interior". En LOS Estados Unidos no ocurre eso.
Washington es la capital. Desde allí nadie se refiere a Nueva York, Boston o Miami como "el interior". En nuestro país ese asunto, de carácter semántico, pero sumamente significativo, se maneja de una forma pésima. Los de Santo Domingo son una cosa y los del interior otra. No somos una unidad nacional. Eso es lo que se expresa y lo cual es una falacia.
Es tiempo de romper con ese esquema hecho para esclavizar intelectualmente a los que viven en el "interior" los cuales, de una forma automática, quedan situados en un plano secundario. Es un asunto de carácter psicológico muy sutil. De todos modos ahora que vivimos en la llamada época
post-industrial de la biotecnología, las redes digitales, la fibra óptica, la robótica, la telemática y otros elementos propios del desarrollo científico y tecnológico, hay que romper con esos parámetros atrasados. En esta época de la globalidad es un desfase que todavía sigamos hablando de "pueblos del interior".
Hablar de pueblos del interior provoca solo una carcajada. Hay técnicos en computadoras que desde San Juan de la Maguana se están preparando para diseñarle páginas web a empresas e instituciones que están radicadas aquí (Nueva York) en lugares como la avenida Broadway en el Bronx o Audubon en Manhattan, N.Y.Es uno de los fenómenos más fascinantes de las nuevas
tecnologías (internet).
Parece, sin dudas, que quienes viven en el mal llamado interior tendrán que hacerse sentir con más fuerza para romper con esa superestructura ideológica que los sitúa en una zona geográfica de incierta ubicación, y la cual tiene cierto sesgo despectivo que los del interior hemos sentido una que otra vez. Republica Dominicana es una. Todavía no se en donde está el famoso interior.
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