SÍMBOLOS de IDENTIDAD SANJUANERA
José Enrique Méndez/ Bismar Galán
Del valle Niti a la ciudad de San Juan
Para hablar de una comunidad y sus identidades es necesario ir a sus raíces, a la base que la sostiene como dinámica y creciente pirámide de elementos definitorios de sus actuales y futuras características y realidades. Es necesario, por tanto, ir a los elementos históricos que sustentan diversas visiones de los símbolos, que llegan hasta lo místicos y enriquecen en proporciones a ratos desmedidas la formación de un sistema de identidades que cohesionan al grupo sanjuanero y que le otorgan singular vitalidad. De nada serviría basar los análisis en las relaciones que se suceden en la actualidad sin ver la repercusión de sucesos del pasado y que definen en gran medida a lo que sucede hoy.
La actual ciudad de San Juan de la Maguana tiene sus raíces en la otrora villa conocida como Sact Joan de la Maguana. Pero mucho antes de la villa se tienen referencias del asentamiento de aborígenes en el lugar conocido con el nombre de Niti, lugar que hoy ocupa la ciudad de San Juan de la Maguana. Según se afirma Caunaboa, Caonabó o Caonabo, cacique caribe de la Maguana, con su asiento en Niti donde está hoy San Juan de la Maguana participa en una acción guerrera exitosa en la costa noroeste de la isla que culmina en la total destrucción del Fuerte de la Navidad…[1]
De modo que Caonabo no vivió en San Juan sino en Niti, sitio que formaba parte del Cacicazgo de Maguana.
El Diccionario de palabras indígenas del Caribe[2], define la palabra Niti como Lugar del territorio de Maguana[3]. De igual manera define Ni -Radical indo-antillana. Agua.[4]
Desde antes de la colonización española, desde el valle Niti recibimos herencia de cantares, diumbas, juegos, areítos dulces y blandos, rústicos sones de indianos timbales, esta aseveración la inferimos de los estudios de la Versión íntegra de la Carta de Diego Álvarez Chanca, con las anotaciones que le hicieran Fray Bartolomé de Las Casas Historia general de las Indias -1552), Martín Fernández Navarrete Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles, 1825 y el médico e historiador de Puerto Rico Cayetano Coll y Toste en su libro Colón en Puerto Rico, 1893, encontramos referencias al término Niti, asociado al territorio del Maguana. Según Álvarez Chanca:
Aquí estamos en comarca de muchas minas de oro, que según lo que ellos dicen no hay cada una dellas de veinte ó veinte é cinco leguas: las unas dicen que son en Niti, en poder de Caonabó, aquel que mató a los cristianos; otras hay en otra parte que se llama Cibao (….)
…por la mucha enfermedad que había seído en la gente, acordó de enviar dos cuadrillas con dos capitanes, el uno á Cibao, y el otro á Niti, donde está Caonabó, de que ya he dicho, los cuales fueron é vinieron el uno á veinte días de Enero, é el otro á veinte é uno (….)
El otro que fué á Niti trajo también nueva de mucho oro en tres ó cuatro partes; ansi mesmo trajo la muestra dello. Ansi que de cierto los Reyes, nuestros Señores, desde agora se pueden tener por los más prósperos é más ricos Príncipes del mundo.[5]
Milton Olivo, en el artículo La Rebelión del Bahoruco - Eco Taíno, comenta:
Era el año de 1502, sobre la ciudad de Niti, la mas importante ciudad de Quisqueya a la llegada de los españoles, capital del Cacicazgo de Maguana, reino del Cacique Caonabo la cual después de la Matanza de Jaragua, y el ahorcamiento de su viuda y heredera la Cacique Anacaona, esta ciudad construida de tabla de palma y bambú y cobijada de yagua y palmas, arquitectura perfecta para un ambiente tropical, esta había sido incendiada y destruida. Pero sobre sus cimientos se había construido una nueva ciudad denominada San Juan de la Maguana.
En su empeño por borrar las tradiciones autóctonas y el pasado, los españoles se habían propuesto cambiar los nombres de los Yucateques o pueblos, cristianizándolo, agregándole algún santo delante. Ocurrió además de con Maguana tomaron el nombre de Cacicazgo (San Juan de la Maguana)[6]
En base a los argumentos antes señalados, asumimos el término taíno Nití como pueblo Yucateque, población indígena, que correspondía al cacicazgo de Maguana, en San Juan, municipio de Juan de Herrera, y su Centro Ceremonial Taíno, centro de operaciones del cacique Caonabo y la reina esposa Anacaona.
Después vendría la fundación de la villa, y de ésta hasta la ciudad que conocemos hoy, ha transcurrido un largo período de tiempo que en su devenir ha ido definiendo la vida de la comunidad sanjuanera en toda su dimensión. Para entender todo el entramado sociocultural que vive San Juan provincia, San Juan ciudad, hay que entender su proceso de desarrollo físico y dentro de él lo relativo a sus nombres.
Los asentamientos humanos generalmente transitan por un indefinido número de nombres. Tales topónimos están condicionados por características del nicho ecológico como por fenómenos naturales y sucesos históricos y socioculturales que responden a determinadas épocas y, esencialmente, a los modos en que los actores sociales ven, entienden y valoran dichos sucesos.
La historia de una comunidad muchas veces es matizada por imposiciones de quienes tienen el poder. Dichas imposiciones son utilizadas para dimensionar la posición social, para esgrimir el discurso o una creencia aparentemente en defensa de la mayoría. Muchos de los topónimos de la actual República Dominicana se constituyen designaciones muy particulares de los colonizadores, términos que les asignaron con la esperanza de amortiguar la distancia e imponer la cultura. Los nombres de santos aplicados a lugares de nuestro país (tema que trataremos en otro texto más específico), es una de las variantes más recurrente y que heredamos de la colonia española. En este grupo cae San Juan. Si lo asociamos con fechas y rituales, entonces entran en juego otros elementos que refuerzan lo antes planteado.
Pero San Juan se multiplica en el ámbito de los nombres, en un mar de significados e interpretaciones acerca de elementales temas como son las posibles fechas de su fundación. Diversas versiones se barajan desde la historiografía que trata el tema (Tolentino Rojas, 1944; Rodríguez Demorizi, 1970; Garrido Puello, 1981; Priego, 1971; Oviedo, 1988; Bosch, 1987). Por ejemplo, en cuanto a las personas fundadoras se manejan indistintamente las figuras de Ovando y Diego Velásquez. De estas notas historiográficas se puede entender que el primero como gobernador de la isla ordenaría a Velásquez la tarea de su fundación.
Otro elemento en el que hay palpables contradicciones es en cuanto a la fecha de fundación donde la precisión del año sigue siendo objeto de debate entre los estudiosos del tema. Para algunos el año en que se funda como villa San Juan es el 1503 y para el resto el 1504; sí hay cierta coherencia en cuanto a la al día 24 de junio como el día de San Juan Bautista al tomar como referencia en el Santoral Católico. Si seguimos en el orden de las disquisiciones habría que entrar en un detalle más particular: ¿el nombre en sí es San Juan o San Juan de la Maguana? También los límites de uno y de otro son interrogantes no sólo para los menos avezados en el tema. Desde estas perspectivas muchas veces se olvida la organización inicial del territorio por parte de los aborígenes y no es considerada, desde la pretensión española, la comunidad inicial que formaban ellos. La etapa aborigen aportaría a la nueva villa el nombre de Maguana, y se impondría junto al término español San Juan en la definición que tenemos como San Juan de la Maguana y que hoy corresponde a la ciudad y al municipio que constituyen el espacio urbano cabecera de la provincia San Juan. Desde la concepción colonialista europea la vida del valle toma sentido con la llegada del cristianismo y la construcción de la iglesia. No obstante, lo más fundamentado en los últimos tiempos acerca del nacimiento de esta población parte de la existencia de dos “poderosos” ingenios[7] azucareros, lo que presupone la explotación de la mano de obra esclava y su establecimiento en esta zona de la Isla.
Si hoy no contamos con las precisiones históricas deseadas en estos temas, es precisamente por el condicionamiento de los historiadores para abordarlos, por la falta de documentación objetiva de las épocas en que se suceden los acontecimientos y por la falta de voluntad social en la necesidad de coherencia para abordar los temas y su tratamiento de forma independiente, sin una cohesión en vísperas de aportes y reconocimientos significativos y hasta dignificantes del pasado dominicano.
Uno de los historiadores que se han encargado de tratar el tema San Juan y su fundación es Víctor Garrido quien un recorrido por los datos históricos y establece importantes conclusiones que van desde las relaciones entre los hermanos Bohechío y Anacaona, pasando por continuos procesos de despoblamiento, resurgir, devastada, trasladados, repoblada, saqueada, quemada… hasta su floreciente actualidad.[8]
En los momentos actuales aparecen teorías, algunas inéditas, que intentan dar sus versiones, esgrimidas como concluyentes acerca de los temas de San Juan, su fundación y su cultura. Tal es el caso del doctor Lorenzo E. Piña Puello, quien ensayó con la obra San Juan de la Maguana, Pasado y Presente. Pero que en esencia todos tienen que recurrir a lo dicho por los cronistas y a las aseveraciones y especulaciones historiográficas. Para Piña Puello, los restos de las construcciones coloniales de San Juan…se localizan en el lugar denominado “La Pared”[9]. También precisa que …Su nombre original fue San Juan de Jaragua, pero muy temprano tuvo la gloria de ser blasonada, y por real provisión del 7 de Diciembre de 1508, se le concedió escudo nobiliario con el águila bicéfala de la casa los hasburgos con el nombre de Villa de San Juan Bautista de la Maguana.[10]
Es significativo el testimonio del investigador Piña Puello que asegura que:
…documentos procedentes del archivo de Indias, y que llegaron a nuestras manos por una gentileza de su Excelencia Don Gabriel Martínez de Mata, Embajador de España en nuestro país en el año 1969, en ocasión de visitar esta ciudad para asistir al acto de desvelamiento en la sala capitular de nuestro Honorable Ayuntamiento de un retrato de nuestro fundador Diego de Velásquez de Cuellar, y donde consta sin ninguna duda el año 1503, la fundación de San Juan que nosotros por las razones expuestas situamos en el 24 de junio, Patrón de este pueblo y desde hace siglos los sanjuaneros festejan de manera fastuosa.[11]
La villa de San Juan de la Maguana cayó en una gran crisis durante un largo período de tiempo. Este proceso de decaimiento se comenzó a dar a partir de 1528.
Acerca de la decadencia o crisis de lo que pudiéramos llamar el Primer San Juan, hay distintas versiones. Para algunos este proceso de eclipse está asociado a causas como los daños que causaban los negros cimarrones, que tomaron a San Juan como punto de paso en sus incursiones entre el Cibao y los Manieles de Neyba y Bahoruco. Igualmente se asegura que una primera destrucción de San Juan pudo ser consecuencia de un terremoto que la dejó deshecha. Asimismo, y como hemos dicho en otra parte:
…San Juan de la Maguana, estuvo eclipsada un largo período de su historia. Este problema no afectó a la zona, sino que se manifestó en la mayoría de las villas que se encontraban alejadas de la ciudad de Santo Domingo. El fenómeno comenzó a darse a partir de 1528. En una relación escrita por Juan Echagoian, acerca del estado de la isla en 1568, este no menciona a la villa de San Juan, lo que da entender que ya para entonces había dejado de tener significación urbana.[12]
Lo cierto es que en el año 1556, como demuestran las evidencias, San Juan de la Maguana ya era uno de los asentamientos que habían quedado despoblados. Desde mediados del siglo XVI y hasta el trascendente proceso de devastaciones, hay un largo período de silencio en los documentos históricos que hablan de San Juan, porque al parecer había dejado de tener significación urbana. San Juan de la Maguana, como la mayoría de las villas que se encontraban alejadas de Santo Domingo, cayó en la gran crisis.
Se asegura que…en el año 1592, un vecino de Yaguana, de nombre Antonio de Ovalle, hizo asiento en la Audiencia para refundar a San Juan de la Maguana. Así se fundó por segunda vez[13]. Esto de que fue restablecida encuentra fundamento si tenemos en cuenta que el 19 de mayo de 1606, el Gobernador Antonio Osorio decretó su despoblación y el traslado de sus habitantes con sus propiedades muebles al lugar de la Buenaventura, a orillas del arroyo Hicaco en Monte Plata.
[1] Ramón A. Ferreras. El camino del Cibao (por los fueros de mi pueblo), p.19
[2] Enciclopedia Clásicos de Puerto Rico (1972), segunda edición, Ediciones Latinoamericanas.
[4] Ibídem
[5] Carta de Diego Álvarez Chanca, Versión íntegra. http://www.fortunecity.com/victorian/churchmews/1216/Chanca.html
[7] Emilio Rodríguez Demorizi: Relaciones Geográficas de Santo Domingo. Sociedad Dominicana de Geografía, Vol. I, Editora del Caribe, Santo Domingo, 1970.
[8] Víctor Garrido: Espigas Históricas. Academia Dominicana de la Historia, Vol. XXXI. Impresora Arte y Cine, Santo Domingo, 1972.
[9] Lorenzo E. Piña Puello. San Juan de la Maguana, Pasado y Presente. (Inédito)
[10] Ibídem.
[11] Ibídem
[12] Darío Tejeda, Víctor Ruiz, José E. Méndez Díaz, Bismar Galán. Fragmentos de Patria, Banreservas 2004.
[13] Piña. Op. Cit.
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