Cuando nacemos en esta tierra que fue la suya, escalamos sus lomas, amamos sus baños casi rituales en lo que queda de sus ríos y cascadas. Cuando cultivamos sus productos a veces hasta con sus mismos métodos pre-históricos; cuando gustamos sus guayabas sagradas y preparamos los mismos alimentos con su mismo sazón. Cuando vivimos en parecidos bohíos de yaguas y cana, nos mecemos en sus hamacas, nos curamos con su medicina natural, que sigue siendo la de los pobres. Cuando mantenemos en los labios muchas de sus bellas palabras.
Los indios no han sido exterminados cuando creemos en los espíritus que se aparecen de noche; cuando tratamos a los sacerdotes como behiques, que conocen el secreto sagrado. Cuando levantamos altares, junto al Ser Supremo, para dioses y diosas menores. Veneramos al Señor de la naturaleza de los tainos cuando le pedimos pan y pescado, la lluvia, curaciones, el buen parto, que nos cuide el ganado, el descanso de los difuntos. Cuando compartimos comidas rituales en celebraciones y aniversarios.
Y pasamos del Antiguo al Nuevo Testamento cuando perdonamos al que nos ofendió, respetamos la mujer ajena, decimos la verdad aunque nos crucifiquen, nos reunimos en comunidad, luchamos por la liberación de los pobres, tenemos una fe trinitaria, llena de confianza en la misericordia divina.
Jaime Reynés Matas, M.SS.CC
Historia de la Salvación desde América Latina.
IDENTIDAD SANJUANERA
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