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sábado, 30 de julio de 2011
Entrevista al Dr. José Oscar Viñas Bonelly sobre la muerte de Achecar
27 de febrero del 2005
Por: José Enrique Méndez
El Dr. José Oscar Viñas Bonelly es político destacado, abogado, miembro fundador del Movimiento Revolucionario Catorce de Junio en la ciudad de San Juan de la Maguana
fue director del Periódico sanjuanero “Tribuna Libre”. Destacado Combatiente y dirigente del Comando Constitucionalista de San Juan en la Guerra de Abril del año 1965.
José Enrique Méndez Díaz (J. E.): Dr. José Oscar Viñas Bonelly, ¿puede usted contarnos sobre la lucha política intensa necesaria para la vertebración del Movimiento clandestino 14 de Junio en San Juan de la Maguana y de la lucha por ustedes librada contra la tiranía de Trujillo.
José Oscar Viñas Bonelly (J.O.V.): Lo primero que se produjo fue la formación de la Unión Cívica Nacional. Se formó con la participación de Camilo Suero, el Dr. Arcadio Rodríguez
y unas cuantas personas de la alta representación de San Juan de la Maguana.
Pero también la mayoría de ese grupo eran muchachos humildes, muchachos del pueblo.
Cuando yo pedía tratamiento igualitario entre esa clase que estaba representada por la
dirigencia de la Unión Cívica, no se veía, porque nosotros hacíamos servicios constante, diurno y nocturno, cada cuatro horas, pero que resulta que ninguno de ellos quiso
hacerlo.
Yo diría, bueno, cualquiera lo comprende porque quizás no están acostumbrados a hacerlo. Estábamos en un momento de decisiones patrióticas, no estábamos en un momento de un Club Social danzando y bebiendo tragos.
Eso me mortificó y como ya yo venía del Catorce de Junio, lo que consideré de oportunidad,
era ya romper con la Unión Cívica y formar el grupo de los catorcistas que
habíamos allí.
Efectivamente se produjo la incisión, entonces nosotros formamos nuestro Partido allá.
Nos alquiló un local un Sr. de apellido Mateo.
La composición de ese Partido tenía una juventud que yo moriré con un grato recuerdo de saber que esos muchachos estaban en la más firme decisión de tratar de realizar los cambios que nuestra sociedad merecía y a merecido. De manera que yo me muero con ese inmenso placer de saber que yo conviví con una muchachada comprometida, ligada al destino de la República Dominicana.
Hay un hecho que yo siempre lo resalto: No obstante el tiempo crucial que se vivía, yo salía, yo recorría muchas calles e inclusive tenía un sitio de reunión, con algunas muchachas a quien yo tributaba mi admiración. No solo admiración, sino mi decidido empeño de mantener una amistad con ellas, porque también estaban demostrando valor y arrojo que no lo tenían mucho de los hombres que ahí estaban en esa época, como fue Raquel Heyaime, una muchacha de una decisión y valentía soberana.
Yo salía repito y cuando yo ya iba por el “Parquecito de los Burros”, cuando yo llegaba ahí, que cualquiera venía un asomo, yo tenía la satisfacción de voltear la cara y venía un grupo de esos muchachos custodiándome.
También tengo el regocijo, el valor que tuvo un gran amigo, que es Tomás Suzaña, que en una ocasión en que una patrulla de la guardia iba a atacarme en un salón bailable, cercano a donde vivían los Heyaime, fueron a buscarme, como Tomás era un gran amigo de la oficialidad residente de la guardia de allá de San Juan de la Maguana, él salió valientemente, me hizo la advertencia de que me fuera de ahí., entonces se empeño para decirles que a mi no se me podía atacar. Efectivamente yo salí de donde yo me había escondido, di unas cuantas vueltas, pero después me retiré como era lógico.
En San Juan de la Maguana, fui director del periódico “”Tribuna Libre, que era todas las semanas que se editaba, lo traía aquí a la capital Víctor Rodríguez. Lo editábamos, lo llevábamos y lo repartíamos. También en la capital lo repartíamos.
J. E.: Años anteriores a la revuelta de Abril fue acribillado a balazos el director de la radio
emisora Radio San Juan Lic. Alfredo Achecar. A su entender ¿Cuáles factores o motivos pudieron desencadenar el brutal asesinato del Lic. Alfredo Achecar en su Emisora Radio San Juan.
J. O. V. El día antes de la muerte de Achecar, había escrito yo un editorial para la Radio
Emisora, que Achecar era quien presentaba, no verbalmente, sino que mecánicamente presentaba el programa y había puesto el disco. En ese discurso yo había hecho un desafío, o un reto, tanto a la policía como al ejército,…. para los fines de que trataran:.... o nos dejaban tranquilo o nos arremetían y nosotros haríamos formal resistencia.
En ese discurso allí estuvieron presentes “Juvenal Lagrange”, estuvo presente el “Dr. Cucurulo”, que fue quien guardó ese discurso, porque no me lo quiso dejar, para que el pudiera colocarlo en algún sitio donde no lo descubriera nadie., y efectivamente…
“Nivalito”…. le dijo a un Capitán, que resultó que fue que me lo confesó, que yo pagaría
caro por esto. Todo también, porque cuando Nivalito en el Hotel… “Nivalito”…. eso si lo tengo escrito… en el Hotel Maguana, nos reunió a todos, los representantes de los distintos partidos, que estaba formado: el PRD y estaba formada la Unión Cívica, y estaba formado por el Catorce de Junio. Cuando fuimos a la reunión, él, señaló que el pueblo dominicano a pesar de los revolucionarios que había, era un pueblo muy noble, porque cuando estaban subiendo a los Trujillos, para despacharlos de aquí, cuando subieron a Doña Julia, el pueblo silenció, mientras a los otros lo abucheaban, cuando subían a doña Julia, tuvo el reparo como de no realizar ninguna burla hacia ella. Entonces es el momento en que él ha dicho, ha dicho.. que después de todo,
¿Qué culpa tenía doña Julia de los aconteceres históricos de esa época de entonces?
… a mi lado estaba don “Camilo Suero”.
Me paré y le dije: Mire, general…, yo creo que usted se equivocó.
―¿Por qué? –me dijo... en forma muy desafiante, como son todos los militares aquí y
respondí:
―Porque doña Julia sí tiene una gran responsabilidad y una gran deuda.
“Don Camilo”, que estaba a lado mío, me jaló el saco, me hizo así… para que yo no
siguiera el discurso.
Entonces yo señalé: Ella sí tiene la culpa de haber parido tantos asesinos y ladrones,
como tuvo en ese vientre dándole vida, a esa caterva de criminales que parió.
Entonces don Camilo, que estaba sentado me dijo: “te jodiste, porque él no dijo absolutamente
nada...”
Se quedó mirándome así, con la miradita aquella que él tenía que era vidriosa, vidriera, tipo la de Trujillo, y entonces yo lo que hice fue que cuando se dio por terminada la reunión, antes de que se diera por terminada, yo hábilmente, salí y me fui.
Después fue entonces que se me dijo que él había informado que yo iba a pagar caro esa intervención.
Cuando a los dos o tres días, me dicen que él aprovechó el discurso, el famoso editorial, y como el programa comenzaba a las 7 de la noche, el preparó a ese…... ese era un Guardia que hacía custodia frente a lo que era, a lo que fue el Partido Dominicano, frente al Parque, allá en San Juan, y efectivamente, la, le ordenó, le pagó mil pesos y le ordenó que me matara.
Al yo conocer el incidente, yo seguido pensé, digo conchole, fue a mi que entonces……. me sentí como un cierto compromiso moral con la muerte de Achecar y fui hacía la Estación y ahí fue cuando pasó... él… lo... la… llegó a mi conocimiento la recomendación de un sargento de la patrulla, que me había mandado a decir que si yo era loco que estaba allí, que era a mi que me querían matar.
Es decir ese señor sabía que era a mí que me querían matar.
Bueno pues lo hicieron preso.
El preso… “Juvenal Lagrange”, era el Juez de Primera Instancia cuando le pasaron causa y la declaración, que el dio en esa época, que fue confirmada después personalmente a mí, cuando yo lo hice preso, le dijo allá, en el tribunal, en audiencia, que ese expediente tiene que estar en la cámara penal del palacio de justicia, allá en San Juan de la Maguana, el declaró que él había ido a matarme a mi….porque “Juvenal” ya lo sabía, tu ves…. que él había ido a matarme a mi, porque yo con los muchachos del Catorce, iba al frente de la fortaleza a vociferarles a los guardias, como asesinos y criminales., lo que se cae por su propio peso, porque ¿quién aquí en tiempo aún de
guerra o en tiempo de paz o en tiempo de lo que sea, va a ir al frente de una Fortaleza
a estar con ese tipo de vociferaciones.
Entonces el declaró allá en audiencia, que él había recibido ordenes.
Cuando se le preguntó que de parte de quien, el dijo efectivamente que de parte del General Nivar Seijas.
También a mi me lo confesó, a mi me lo confesó porque yo le tenia un FAL en el pecho, y tuvo que decírmelo, y ahí me dijo que le regalaron mil pesos para que fuera a matarme., y esa es la situación que intervino en la Muerte de Achecar allá en San Juan de la Maguana.
J. E.: ¿Cómo ocurre la detención del asesino del Lic. Alfredo Achecar de parte de las fuerzas
del Ejército Nacional en la provincia de San Juan?.
J.O.V.: Resulta que uno de los chóferes de San Juan de la Maguana, que estaba al servicio,
de un familiar de Hernán Cuello, fue que lo reconoció, porque esa misma noche con el Fusil en la mano, él se apersonó a esa estación de carro que estaba al lado de la gobernación, frente a una estación de gasolina que era de un ebanista llamado “Negrén”, y entones lo apuntó y le dijo que lo llevara a la capital Ese muchacho era chofer que le decían “Chón”, y ese fue que lo hizo preso. porque se iba....
Cuando llegaron cerca de Azua, al darse cuenta “Chón” de que iba con un rifle sobre su espalda para que lo dirigiera, él se paró cerca de Azua un rato en lo que pasó un camionero que fue que lo ayudó.
"simuló una rotura de motor, un desperfecto. Subió la tapa del motor y cuando el chofer pasó, que el le hizo así, sin que el muchacho este se diera cuenta, porque estaba parado en una puerta en la parte derecha del vehículo...
Chequeó y en lo que estaba viendo, le explicó lo que estaba pasando.
Lo desarmaron, lo apresaron y le devolvieron a San Juan, así mismo fue que pasó ese asunto. Entonces ya en San Juan de la Maguana, en esas condiciones, así, ya preso, pues no sé lo que declararía en la fortaleza, porque, yo no sé si él dría que un General fue quien lo mandó. Pero a mí sí me lo confesó y al juez se lo confesó.
J. E.: ¿Cómo se desarrollaron los acontecimientos la noche del asesinato del Director de la
emisora “Radio San Juan”?.
J. O. V.: A mi me contaron, que había llegado “De la Rosa”, que era el guardia, había llegado
al... a la estación de radio, y sin preguntar eso es lo que se me dijo a mi, entró a la puerta que daba a la cabina donde estaba la radioemisión propiamente funcionando, con el disco puesto para anunciar el programa, y que él guardia sin preguntar absolutamente a nadie ametralló con un fusil San Cristóbal, y según me informaron habían 18 tiros que habían impactado el cuerpo de Achecar, de “Alfredo Achecar”, que era como se llamaba él. Esa fue la relación que a mí se me hizo.
J. E.: ¿Tuvo José Alfredo Achecar, militancia política o de colaboración con el Movimiento
Revolucionario Catorce de Junio en San Juan de la Maguana.
J. O. V.: Bueno, él no tuvo una participación decidida, él no tuvo una participación activa, sí naturalmente con la gratitud nuestra de que él siempre accedió al programa del Catorce de Junio. Él nunca reparó en no hacerlo. Muy por el contrario él era que personalmente ponía el programa del Catorce de Junio. de manera que como quiera que sea, esa agrupación debe agradecerle el que tuvo siempre dispuesto a cooperar.
J. E.: ¿Cómo fueron los días posteriores a la tragedia?
J. O. V.: Es natural que se piense, que a sabiendas yo, ya de lo que había acontecido, no me
iba a quedar en el sitio donde yo estaba, y yo desde esa noche dormía en casas distintas.
Yo llegué a dormir en casa de los “Michelén”, en la parte arriba en la azotea llegué yo a dormir.
Estando allí.., este es un episodio muy conveniente. Estando yo allá arriba con un grupo de muchachos del Catorce de Junio, llegó “Nivar Seijas” en la mañana porque me alcanzó a ver porque efectivamente yo ya me había levantado, y él vino, parece que alguien también avisó, y él vino con dos o tres guardias y me alcanzó a ver y me dijo que el quería hablar conmigo., entonces yo le dije: con muchísimo placer, suba., pero él se dio cuenta que yo andaba armado allá arriba, y efectivamente, parece intervino “Yude Michelén”, que estaba vivo cuando eso, “Yude”, que era amigo de él, lo convencería y la cosa se apaciguó. Quedó así ese episodio.
J. E.: Muchos años después, en el 1965, durante la revuelta armada que se denominó La
Guerra de Abril, tenemos entendido el Comando Constitucionalista que perteneció a San Juan de la Maguana, en el cual usted jugó un papel protagónico, fue hecho prisionero el confeso asesino del Lic. “Alfredo Achecar”.
J.O.V.: Sí, así mismo fue.
Nosotros nos encontrábamos, no recuerdo la fecha.
Estando yo frente al Comando, alcanzamos a ver una persona que a mí de inmediato me impresionó, porque yo ya tenía conocimiento de quien había sido el matador de Achecar. Entonces “Temito” que se encontraba a mi lado fue que me dijo: “mire comandante, usted conoce a ese hombre que está ahí al lado de esa mata”., entonces yo me he vuelto hacia él y he dicho con cierta violencia: “y porqué se está esperando a cogerlo preso a ese hombre”. Entonces ellos salieron, lo buscaron, lo acercaron a mí.
El me quiso dar la mano, yo lo amenacé, lo apunté con un FAL que yo tenía, señalándole que sí, el me extendía la mano, yo lo iba a bandear en dos. Efectivamente, lo hicimos preso, lo dejamos, yo lo interrogué en horas de la mañana y él hizo confesión de que Nivar Seijas le había pagado mil pesos para que él me fuera a matar a mí.
En horas de la mañana en el vehículo que yo tenía, subió “Temito”, subió este muchacho
“Stephan” y subió un muchacho apellido “Polanco”, que había solicitando con muchísimas suplicas que lo dejáramos ingresar a Comando, que era apellido Polanco y era un policía, que estaba comunicando todo lo que acontecía al Cuartel General de la Policía Nacional. Ese muchacho fue en ese mismo vehículo y luego denunció a la Policía Nacional de que habíamos hecho preso. Lo más probable, ellos, se lo avisaron al General “Caamaño” y como a las 4 de la tarde llegó allá: el Mayor “Mota”, “Héctor Aristy”, y llegó “Caamaño” solicitándonos la entrega de ese preso a quien yo le informé, que yo como miembro del Catorce y fue a mí que se me quiso matar., ese señor era culpable de haber atentado contra la agrupación Catorce de Junio y yo lo entregué al Comité Central.
En el Comité Central no recuerdo que tipo de justicia se le hizo.
J. E.: Dr. Viñas Bonelly: ¿En que sector de la zona constitucionalista, operaba el denominado
Comando de San Juan de la Maguana?.
J.O.V.: El Comando en primer lugar estuvo en la Avenida Mella en la parte superior del
edificio donde estaba la Ferretería Americana, o sea en la Avenida Mella, esquina Calle
Altagracia. Luego como estábamos muy a la deriva de las observaciones que hacían los americanos desde lo alto de esa calle, optamos por trasladarnos a la Calle
Hernando de Gorjón, por la parte atrás del Mercado de la Mella. ..Hay estuvimos hasta
el final.
Ahí participaron un gran grupo de jóvenes de San Juan de la Maguana, que demostraron
un gran valor, arrojo y decisión patriótica.
Ahí estaban: Temo, Decena, Stephan, Labourth los Hnos. Capell, Hungría (quien solo duró dos días y se fue a otro Comando), otro llamado Aguilita, que me dejó un mal recuerdo.....
Ahí estuvimos hasta el final de la revolución. A los jóvenes de San Juan, yo tuve la grandísima oportunidad, la afortunada ocasión de ser quien le acompañara, y ahí hubo una unión, extrema, hasta que cuando nos trasladamos a la capital, que formamos entonces el Comando de San Juan de la Maguana.
Yo tengo la satisfacción de decir, que ese Comando estaba compuesto por 46 jóvenes, de San Juan de la Maguana, que no es muy poca cosa. Eran 46 jóvenes que se habían trasladado a luchar . Naturalmente está de más decir que tuvimos alrededor de 5 ó 6 meses que sobrevivimos comiendo bacalao todos los días. Hasta el extremo de que pensábamos a veces
de que nos íbamos a convertir en peces.
Hay un incidente que es bueno recordarlo, la vez que una vez nosotros no teníamos absolutamente nada, ni que desayunar, que ni comer, ni que cenar, entonces yo con “Temo” y un grupo, fuimos al Súper Mercado Nacional de la Avenida Mella y allí suplicamos que se nos concedieran latas de sardinas, de salchichas y otras menudencias así, porque en el Comando estábamos completamente carente de todo. Ahí se nos negó. Se nos dijo radicalmente que no, que ellos no podían dar ni siquiera una libra de arroz. Yo me incomodé un poco, salí nuevamente, busqué un grupo de nuestros compañeros, y al regresar le dijimos al señor que nos había negado, que no los buscara entonces ahora. Naturalmente todos andábamos con fusiles en las manos. El no tuvo más, parece, que la obligación de acceder, y nos suministró bastante comida.
En otra ocasión yo llamé a Don Julio Suero a su casa, que vivía en la capital para informarle que como él tenía un almacén cerrado, cerca del mercado, que llegara a la zona, que yo le garantizaba, su entrada y su salida., porque yo le iba acompañar con un grupo de hombres armados y el dijo que no, porque yo le había explicado que nosotros lo que queríamos era coger un poco de arroz, de habichuelas, comestibles, para satisfacer las necesidades de los muchachos que no le estaban sirviendo a una banda de gavilleros, sino que le estaba sirviendo a la patria y que era necesario mantenerlos.
Él se negó, Entonces yo lo que hice fue que con “Temo” y otros más fuimos a la puerta, la rompimos, la abrimos, entramos y cogimos el arroz suficiente que había, 49 sacos de arroz, todo el bacalao y arenque y cuanta cosa fuere necesaria. Me responsabilicé yo, pero hice el cálculo con una persona que sí sabía de eso, del valor aproximado que se había consumido y le hice un vale y se lo dejé sobre el escritorio.
Tanta suerte tuvo el Sr. Julián Suero que después, el jefe encargado de la OEA del pago de las indemnizaciones, al él presentar el pagaré que yo le había hecho, efectivamente se lo hicieron efectivo. A él se le pagó, porque luego yo le avisé, que ese papel escrito estaba Ahí consignado, para que cuando acabara la conflagración él pudiera tramitarla, es decir lograr su pago, y efectivamente él lo logró.
También es bueno recordar, con mucho placer mucha satisfacción, el empeño que pusieron los Corripios, que estaban al frente de nuestro Comando, que supieron de nuestras necesidades y se ofrecieron de una manera muy gentil, se ofrecieron de una manera muy abierta a sufragar cualquier, necesidad que nosotros tuviéramos en nuestro Comando. En conversaciones que sostuvimos con ellos no solamente hicieron el ofrecimiento sino que nos dijeron que era en base a una condición que subscribiéramos todo lo que íbamos a consumir, así también lo hicieron los de la Ferretería Americana, que casi nos dieron la custodia de eso, porque nosotros estábamos en la parte superior y ahí estuvo con nosotros un empleado que no recuerdo el nombre de él, y
que se unió a nosotros. De manera que uno tiene que sentirse muy satisfecho de saber que también en esa clase de comerciante de alta jerarquía, hay hombres que piensan en función de la patria.
En la cocina del Comando, a nosotros nos servía un homosexual, muy valiente, llamado “Enriqueta” y otro llamado “Estrellita”, que estaban en la disposición también de esgrimir las armas para defender la patria de la ofensa grosera que el imperialismo nos impregnó con la invasión.
De una manera u otra salieron.
Dimos ejemplo de que en este país existen hombres en disposición de combatir a
todos cuantos aquellos quieran venir de intrusos a esta patria.
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