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martes, 26 de julio de 2011

PARTE DE LA HISTORIA OLVIDADA DE SAN JUAN


Por: Ing. Teódulo Antonio Mercedes

En el transcurso de los años entendí que la historia real de los pueblos sobre todo cuando son pequeños, se narra sin pensar en detrimentos de seres que a veces son cercano al escritor, o cuando no, enlazados por relaciones de amistad estrecha que determinan que la afectividad influya en el relato objetivo que debe de predominar en la narración de los acontecimientos.

En ese sentido, la historia real siempre tendrá una carga de amargura, que el escritor llevará toda su vida si pretende ser fiel a los hechos y verdades observadas en su vivir.

Estas consideraciones no son extrañas a las informaciones de los acontecimientos en San Juan de la Maguana, sobre todo, en la historia de las últimas cuatro décadas, en la cual puedo afirmar que mi generación participó, cuando no de manera protagónica, lo realizó como retaguardia de aquella que por cuestiones generacional estuvo en la hegemonía.

Antes de penetrar en la época de los años 60, es pertinente poner en su lugar informaciones confusas pregonadas en diarios locales sobre el periodo de Trujillo en su etapa de consolidación que se puede considerar el espacio histórico comprendido entre los años 40 -50.

Dice un destacado periódico local sobre la época 30-61de la dictadura lo siguiente: ”Trujillo acrecienta su poder económico y político en la primera mitad de su régimen, llegando a ostentar el máximo control de las propiedades y las actividades comerciales del país, dejando fuera de su “zona de influencia” sólo la industria azucarera de exportación, en manos de intereses extranjeros. Luego inicia un proceso de adquisición de ingenieros azucareros, que le posibilita controlar gran parte de los recursos generados por esta industria.

San Juan de la Maguana no fue beneficiaria de este proceso de instalaciones de industrias, por lo que se mantuvo produciendo rubros agrícolas para el consumo local y regional, así como con una ganadería orientada a la producción de leche, queso y mantequilla que era trasladada principalmente a Santo Domingo.

Trujillo fija su atención en San Juan de la Maguana a partir de 1938, cuando se crea la Provincia Benefactor, estableciendo que el asiento del gobierno de esta nueva provincia estaría en la ciudad de San Juan de la Maguana.

En ese orden, Trujillo profundiza el despojo de tierras a pequeños, medianos y grandes propietarios, utilizando diferentes mecanismos y convirtiéndose en propietario de toda la tierra cuyos usufructuarios no poseían títulos de propiedad debidamente registrados.

En relación al despojo de tierras en diferentes partes del país, es necesario señalar que Trujillo desarrolló una estructura monopólica en la producción del arroz, leche y maní, entre otros rubros; y siendo precisamente el arroz, la leche y el maní tres renglones significativos en San Juan de la Maguana, era necesario tener control de las tierras en producción, por lo que se realizaron despojos violentos a los campesinos, tal como reseña Luis Gómez (38,101) cuando incluye a las provincias María Trinidad Sánchez, Valverde y San Juan de la Maguana, como escenarios de despojos violentos para Trujillo apropiarse de la producción arrocera.”

Sobre estas afirmaciones, que para su sustentación se mencionan opiniones de un destacado intelectual y hombre de bien, no he oído ni visto en mis años de contacto social una expropiación documentada por Trujillo o un familiar en la provincia de San Juan.

Se dió expropiación por parte del estado en Guanito, donde se asentaron numerosos españoles en la denominada colonia de Guanito, dicho asentamiento y toma de posesión de tierra, no lo realizaron Trujillo ni familiar alguno, lo realizaron numerosos inmigrantes de España que hoy sus descendientes representan con orgullo el Granero del Sur.

Lo cual no quiere decir que no se produjeron muchas “expropiaciones”, Sobre todo en Juan de Herrera, La Rubia, La Maguana y demás demarcaciones aledañas.

Años anteriores busqué documentación sobre esas “expropiaciones” realizadas contra humildes familias analfabetas, las cuales no aparecen como tal, sino como litigios perdidos por incumplimientos de contratos de deudas contraída por medio de préstamos con cláusulas leoninas redactadas en letras minúsculas, donde los propietarios firmaban, desde luego con cruces, ventas fraudulentas con acuerdo verbal que eran para alquiler, o para trabajo de mejoras de canales de riego.

Luego, con notarios de la época y jueces de la misma sociedad del constructor del adefesio jurídico, el veredicto era de ante mano conocido.

Dichas negociaciones la realizaron “notables del pueblo”, reconocidos por sus apellidos sonoros que se mantuvieron bajo la sombra del gobierno, y a los cuales el régimen permitía esos desafueros con el propósito de continuar con la estabilidad política que había logrado en la región. Era la ración del boa para los señores de la época, que con su dinero e influencias podían incentivar el retorno a la manigua, práctica política funesta que representó la inestabilidad política de la nación, exterminada a sangre y fuego por el régimen despótico.

Esta práctica social, en la que el gobierno “miraba en otra dirección” en San Juan, se convirtió en una peste jurídica que el estado trujillista por su peligrosidad como mecha de descontento, luego tuvo que normar por medio de medidas para controlar la usura, lo cual debilitó poco a poco los “tumbe de terrenos.”

En esos campos están los descendientes de los sencillos sanjuaneros que fueron estafados por esos ilustres ciudadanos.

Algunos, todavía tienen miedo de pronunciar su nombre, para impedir que la riqueza y el poder derrame más miseria a sus penosas existencias.

Decir con rango de categoría histórica que Trujillo robó tierra en San Juan, es encubrir a los verdaderos delincuentes, los cuales continúan con sus apellidos ejerciendo de honorable bajo la sombra del olvido.

De actos gansteriles como lo ejecutado por colaboradores cercanos al régimen, o potentados económicos de la región, tengo constancia de uno que logró solucionar a media su desgracia, porque pudo ponerse en contacto bajo un operativo temerario con el mismo Trujillo, el cual, al enterarse de la “marrulla” mando inmediatamente a devolverle parte de las pertenencia al agraviado, digo parte de las pertenencias, porque la otra se quedó en mano de los timadores como medida salomónica.

Trujillo con lo que realmente realizó, tiene suficiente para ser condenado por la historia nacional, pero los pecados de honorables sanjuaneros, solo ellos y sus descendientes podrán redimirlos ante la futura sociedad.

De la historia moderna del pueblo del sur, ninguna es tan relevante como los eventos acontecidos el 13 de abril del año 1961, en el cual un grupo de ciudadano se apersonó a la casa curial de la iglesia de San Juan atacando las instalaciones y los sacerdotes que la ocupaban.

De las narraciones que he leído, solo escucho relatos contados sobre todo por terceros y cuando no, cincuenta años después, por elementos favorables a las actividades patrióticas de Monseñor Reilly y los valientes sacerdotes que lo acompañaban en sus actividades eclesiásticas.

Ninguno de los participantes activos hablo o habla de lo acontecido, porque piensan que hablar de ese evento podría complicar su existencia, otro por no implicar a nadie en actividad bochornosa en lo acontecido, permaneciendo “indiferente” frente este evento histórico.

Hoy, luego de largas discusiones con sanjuaneros de esa época, me permito evocar lo visto en ese conflicto cuando la inocencia conducía mis actividades.

Para los conocedores de la disputa iglesia- Trujillo, el enfrentamiento era inevitable, lo que no podían predecir, era la forma que tomaría dicha confrontación.

Creo que las cosas se precipitaron por un acto que los historiadores de esa época no han tomado en consideración, ni siquiera lo han mencionado en crónica de la época.

Me refiero a las actividades desplegadas días antes del ataque, por jóvenes del colegio católico de San Juan, los cuales frente a las desconsideraciones emitidas por Radio Caribe en contra de los sacerdote, se reunieron en la puerta de la entrada del colegio y vociferaban Radio Caribe la voz del diablo, luego de ese micro mitin realizado por Yonny Piña, Griselda De los Santos, Manuel de los Santos Herrera, Danilo Pérez Domínguez, Eusebio Garrido y otros de la clase económicamente importante de la localidad, corretearon por los pasillos del colegio católico, lo que produjo que las monjas que si conocían el peligro que corrían , suspendieron la docencia.

Dicha protesta, fue inmediatamente investigada por las actividades de turno, entre los cuales estaba don Joaquín Garrido, hombre austero, responsable y serio, padre de uno de los participantes y gobernador de la provincia.

Esta actividad espontanea de los niños, fue interpretada por el gobierno, como evento organizado por los sacerdotes, a los cuales había que llevarlo a la obediencia cuanto antes, porque de lo contrario, la autoridad de Trujillo se ponía en tela de juicio.

El trujillismo contraatacó con documentaciones en apoyo al régimen que firmaron los notables del pueblo, algunos, familiares de los niños del piquete, pero con un adjetivo común, todos eran personas económicamente importante, aunque hoy nadie se recuerde.

Debo de señalar que entre esas personas que fueron contactado y no firmaron declaraciones de apoyo o condena a los sacerdotes están: Doña Aurelina Domínguez, porque decía públicamente que no firmaba ni participaba en evento en contra de monseñor, la familia Gautreux , el Dr. Arcadio Rodríguez, Miguel Marranzini, reconocido industrial del pueblo de origen italiano muy ligado a las actividades de las amplias masas populares.

De igual manera procedió Salomón, inolvidable judío dueño de la única librería del pueblo ubicada frente al mercado, quien desapareció de la ciudad con el tiempo dejando una hoja de servicio insustituible para la población, por sus servicios comunitarios y las informaciones que le proporcionaba a la juventud ávida de conocimientos en tiempos difíciles.

El día del ataque a la casa curial, siendo un niño pequeño de la calle la Estrelleta #23, es decir cerca del parque llamado “de los burros”, me dirigía junto a mi amigo marchado a destiempo en la lucha contra Balaguer en los doce años, César Lapaix Butten a comprar dos centavos de dulce de leche cortada, donde Doña Nene Alcántara, a quien encontramos llorando por los acontecimientos frente su casa, al lado de la fotografía de Saladino frente a la puerta a la casa curial, donde cerca de 500 personas, no lo que afirma la prensa del momento: miles, vociferaban contra la presencia del purpurado en suelo dominicano. Sin intención, nos mezclamos con el gentío y la empujadera que ocasionaba la insistencia en penetrar a la parte superior de la casa curial defendida gallardamente por dos fornidos “gringos” que con bate en la mano, contenían la multitud.

La parte inferior habían sido desvencijadas, esparciéndose por los alrededores numerosas biblias en idioma inglés, de la que César y yo recogimos cuatro y varias cajas de hojuelita de maíz, hoy conocida por la globalización con el nombre de Corn Flakes.

Los defensores de la casa curial tiraban por su defensa mesas, cajas y cuanto le llegaban a las manos. De igual manera ladrillos con lo que cortaban y mantenían a rallas a los atacantes.

Una de esas cajas llegó a la acera frontal llevada para ser requisada por las turbas atacantes que como premio de trofeo querían abrir para apoderarse de su contenido. Esto creó un caos entre los poseedores del paquete, arrancándose de las manos lo que sacaban del cajón, en esa trifurca frente a la casa de doña Nené recibí un fuerte impacto que determinó que abandonáramos ese lugar.

Cuando salimos despavorido, me llevé el objeto luminoso con lo que había sido golpeado.

La crónicas afirman que llevaron todas las prostitutas al operativo, creo que la información fue desproporcionar con su participación, como era de la Estrelleta # 23 y mi casa era la casa de las flores, porque todos los viernes las mujeres de esa forma de vida, llegaban a comprar rosas y hojas de diferentes aromas, para preparar el baño de su suerte en función de sus creencia, conocía ese mundo que habitaba por la “zona de Goyito”.

Las pocas que vi, se retiraron del lugar lo más pronto posible, alguna llorando porque era un pecado hacer eso que le estaban haciendo a los curas de Monseñor, siendo las mayorías de ellas fervorosas religiosas.

Parece que algunas fueron llevadas al lugar por la fuerza pública que controlaba por medio del departamento de salud pública esos negocios, luego de llegar al lugar, se retiraron silenciosamente del parque central, pero no fueron turbas enardecidas de mi barrio empobrecido que atacaron y robaron en la casa curial, creo que el grueso de esas mujeres que la prensa menciona, provenían de Guachupita y de otros barrios en formación, venida no de mucho de los campos que actuaron como tropas de choque de los paramilitares y del lumpen del mercado, que si tuvo destacada participación bajo el efecto del alcohol.

Se habla del mellizo, personaje del bajo mundo de peligrosidad indiscutible, de Darío Batista, comerciante decente pero de poco conocimiento ligado a estamentos represivos policial, de Luis Manuel Saillant, agente de los servicio de seguridad del estado, de Cara Sucia el carretillero, personaje pintoresco del mercado, que decían los creyente que murió luego, porque se hizo uno pantalones de una sotana que adquirió en el saqueo. De Obispo, platanero reconocido que luego se hizo famoso por convertirse en palero, de Machetico, exponente del folclor de la época, que entretenía a los parroquianos de los bares y a los visitantes del mercado, recitando decimas para engrandecer al “jefe”, de Blanco Pepe, Boca y oído del régimen en el barrio de la gallera y la calle Duarte arriba, el cual vivía frente a la humilde pieza de “Fran la bollinca” y el Chino, hoy conocido hombre de negocio, de la chusma irredenta que dirigida en masa, ciega y sin formación, que actuó en consonancia con los designios de los poderosos.

Pero nadie comenta, ningún cronista dice que también participaron en ese oprobioso acto, fuera de la elite de la propaganda trujillista, enclaustrada en las estaciones de radios del régimen, los dones y señoras: Víctor Garrido, Camilo Suero Moquete, Isaías Herrera LaGrange, Arturo Ramírez Fernández, Víctor Garrido hijo, Pedro J. Heyaime, Francisco Valenzuela Mateo, Flor Paniagua, Víctor Manuel Montes de Oca, Yamil Michelén, Austria Pérez, Federico Villalona, Manuel Danilo Piña, Milton L. Rosa y Alejandro Montes de Oca (Nene) y muchos otros prestigiosos sanjuaneros algunos con reconocida formación intelectual.

Los dos grupos de participantes, defendieron sus intereses, alguno de mayor valor material que otro, pero intereses al fin, alguno estuvieron presentes, porque para proteger sus negocios era razonable por lo menos estar con su presencia en ese lugar, dando evidencia de su apoyo indiscutible a las “actividades del jefe”.

Los del bajo mundo, para buscar impunidad de sus delitos en un régimen de mano dura con la ratería, sobre todo si era producida por los bajos estamentos sociales.

Aquellos con formación intelectual, actuaron en defensa de las prebendas que adquirían por medio del régimen, lo cual los llevaron a intimidar a ciudadanos indecisos para que se presentaran al parque y con su presencia apoyaran el acto represivo del régimen.

Esos mismos intelectuales donde sabían que su intimidación no surtirían efecto, como los días de hoy, ofertaban empleos para los hijos y otras facilidades a los contestatarios solapados.

La sociedad que todo lo comenta por debajo lo conoció y evidenció más luego, como conoce y recuerda aquellos que participaron luego de la muerte del tirano en la marcha sanjuanera que se realizó para pedir que se vallan los trujillos, donde los descendiente de los árabes de San Juan fueron los más numerosos de los participantes, cuando todavía la familia del tirano controlaba el destino nacional.

Abraham Mendez Vargas Comentario por Abraham Mendez Vargas

No sé, señor Mercedes, desde mi humilde perspectiva, más que para un libro de historia, usted tiene material más bien para una buena novela que recreé la vida comunitaria de San Juan de la Maguana de la postrimería de Trujillo, dándole vida significativa a los actores de uno y otro lado. Si lleváramos a los libros de historia los casos judiciales y las actuaciones de quienes usaron a la diosa Themis para despojar a humildes campesinos de sus tierras, o que se enriquecieron sin causa, solo en la oficina de un solo abogado hallaría material para varios tomos de historia, lo cual es imposible. Para la naturaleza de los hechos sociales menos relevantes, cuyos actores no son históricos en el sentido secular, encuentran voz en la novela, en el cuento, en los poemas, que pueden ser históricos.

En cuanto a lo que usted dice, en el sentido de que: Trujillo con lo que realmente realizó, tiene suficiente para ser condenado por la historia nacional, pero los pecados de honorables sanjuaneros, solo ellos y sus descendientes podrán redimirlos ante la
futura sociedad, tenga zsiempre pendiente que a nadie se le puede obligar a declarar contra sí mismo, y que, cuando Trujillo, quienes se atrevieron a adversarle solo tenían tres caminos: el exilio, la cárcel o el cementerio, y que a partir de la decapitación de la era de Trujillo, los dominicanos obtuvieron nueva nacionalidad, la nacionalidad inherente de vivir en democracia, en libertad, en pensar para existir, proceso aun en construcción.

Yo le recomiendo escribir una voluminosa obra histórica, pues según veo tiene usted talento de sobra para ello.

Me gustó su artículo, más por la valentía, pues hubiera sido mejor si lo hubiera desarrollado por subtítulos y apartados o sección del tema principal.



  • Luis De los Santos
    Hermano Isaias, ayer sostuve una conversacio con tiempon con Damocles Mendez. Quedamos en reunirnos con Plinio Mata Mercedes, Ike Mendez y yo para discutir, analizar etc. sobre esos y otros acontecimientos. Como testigo de exepcion de esos hechos que eres tu y que yo reconoci en un articulo escrito y publicado por mi acerca de esos hechos, me permito extenderte una invitacion para que estes presente. Sin tu testimonio jamas se podra escribir de manera objetiva sobre ese nefasto acontecimiento. Te avisare con tiempo, tu eres mi invitado de honor.

Isaías Herrera

Ojala tener el placer de conocer personalmente al Ing. Mercedes, ya que su version de los hechos acaecidos sobre el asalto a la Casa Curial son muy apegados a la realidad historica, pero hay detalles en los cuales hace juicios de valor sobre personas ya desaparecidas que no se ajustan a la verdad historica, tal vez, por falta de informacion, datos que yo poseo, pues como el, yo tambien fui testigo de excepcion de muchos de esos acontecimientos y le puedo dar luz sobre estos temas. Quiera Dios que el amigo Damocles Mendez Rosado nos pueda reunir y sostener un coloquio sencillo pero sincero sobre estos temas parte de la historia del San Juan de nuestros amores.


  • Isaías Herrera Cuando quieras, mi hermano! Con mucho gusto asistire.

    Solo dime sitio, dia y hora y alla estaremos con la botella debajo del brazo. Enviado desde mi dispositivo BlackBerry® de Claro Dominicana
José Augusto Moreta Pérez Comentario por José Augusto Moreta Pérez

Es un completo y valiente trabajo presentado por Ing.Teódulo Mercedes que pone de manifiesto la verdad histórica sobre acontecimientos que tuvieron lugar en San Juan durante la funesta Era de Trujillo. Pienso que es una buena oportunidad , tal como lo establece Damocles en su comentario, para que aquellos que tengan algo que contar al respecto lo hagan de manera democrática y abierta, rompiendo el velo que impide que se conozcan los hechos tal como acontecieron.

A la luz de la apretada crónica que hace Teódulo sobre los acontecimientos contra la iglesia y sus sacerdotes, de los cuales él fue un testigo de excepción, donde recoge detalles interesantes que amerita sean enriquecidos con la discusión que se pudiera generar entre sanjuaneros que en cualquier circunstancia estuvieron allí como testigos de los hechos.

Además, la discusión sobre este tema realizada con el nivel que corresponde, servirá para que resplandezca la verdad histórica y se haga justicia y reconocimiento a los que, aun siendo muy jóvenes entonces, en los anos difíciles de la postrimería de la tiranía actuaron con valentía y decisión.

  • Adrianina Caamaño Mi amigo Samuel Encarnacion, Abogado y escritor, buen aporte, habla sobre el tema más ampliamente, para que todos podamos nutrirnos..FELICIDADES.

  • Digno Miranda que bueno que existen Testigos de ecepcion de los hechos y de la historia y que puedan relatar su verdad sin tapujos ni temores, enfocando realidades del ayer que nos nutren con informaciones fidedignas a nosotros y las nuevas generaciones. EXCELENTE !!!!

  • Samuel Encarnacion Aprecio mucho sus gentiles comentarios.

  • Isaías Herrera Por eso es que se impone un encuentro para aclarar conceptos, ya Damocles, Ike y Monchin estan en esa tesitura, porque hay que aclarar eventos que el Ingeniero Mercedes tiene solo una parte de como realmente sucedieron.

  • Samuel Encarnacion Estoy totalmente de acuerdo. La Juventud tiene derecho a saber la verdad. La Historia tiene que ser contada sin manipulaciones.

  • Isaías Herrera Y nosotros, los que de una u otra forma conocimos porque vivimos esas estampas, se nos impone la responsabilidad de contar los acontecimientos tal y como sucedieron.

  • Samuel Encarnacion Con mayor razón.

  • Samuel Encarnacion Los actores de los hechos o los testigos de excepción son los más llamados a rescatar la Memoria Histórica.
Damocles Méndez Rosado
El presente trabajo del intelectual sanjuanero Teòdulo Antonino Mercedes es motivo de profundos debates en torno a procesos históricos que fueron cruciales en San Juan en la postrimera del trujillato. Es posible que surgen múltiples discrepancias sobre criterios emitidos por su autor.Indudablemente este trabajo enfoca aspectos específicos sobre actores destacados que influyeron en la vida sanjuanera en los inicios del 60. En buena hora tenemos una temàtica propicia para profundizar en la naturaleza de la sociedad sanjuanera en periòdo señalado.











1 comentario:

Samuel Encarnación dijo...

Ante todo un saludo respetuoso.

En mi humilde opinión le falta a la objetividad su relato "histórico", toda vez que, Trujillo con todo lo sátrapa que pudo ser, no realizó las expropiaciones para asentar los españoles en la forma en que usted dice que se hizo.

Fíjese bien que a esos inmigrantes se les entregaron terrenos en lugares con muy deficiente vocación agrícola.

Fíjese bien que la aridez de los terrenos y las condiciones de los asentamientos, en sentido general, fue lo que provocó que dichos ciudadanos no permanecieran por largo tiempo en dichos lugares y que los poquísimos que se quedaron cambiaran la actividad agrícola, objetivo primario de la política migratoria, por la actividad comercial.

Por otro lado, observe bien que, luego de que mataran a trujillo, muchas de las propiedades pertenecientes a él y a su familia les fueron tomadas por otras "familias honorables" de la República (otrora adeptas al régimen), lo cual no sucedió con los terrenos que usted menciona.

Mientras analicemos la historia de esa forma, seguiremos no solo haciendo el juego; sino otorgando permanentemente carta de impunidad a la oligarquía resentida y sedienta de esa época, cuyas ramificaciones todavía se encuentra entre nosotros; dicha oligarquía fue la que luego sacó las jugosas ventajas del "ajusticiamiento" de Trujillo.

Saludos cordiales,

Samuel A. Encarnación Mateo.