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lunes, 29 de agosto de 2016

LA EXPERIENCIA COMO VALOR



 
 
Profesor Roberto Rosado


La experiencia tiene un valor incalculable en nuestras vidas, tomarlas en cuenta cada vez que tomamos alguna decisión ayuda a resolver muchos problemas en el futuro.
“La vida es un cumulo de experiencias que hacen que llegues a lo que finalmente buscabas”. La vida en la tierra es solamente temporal. Sin embargo algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices”. “La vida está llena de retos y experiencias”. No es triste ni alegre es como nosotros la hacemos ser”.
Nuestros antepasados nos dejaron un legado que bien aprovechado puede ser una gran referencia para las actuaciones del presente y la planificación del futuro.
“La experiencia es un valor fundamental en muchos ámbitos de la vida con la pareja, en el trabajo, al tomar decisiones económicas” (V. E)
Es la experiencia el acumulado de la vida. Ella refleja el transcurrir del tiempo y los aprestos de los humanos en sus actividades diarias.
La experiencia solo se modela viviendo y aprendiendo de la vida, por eso, la gran diferencia entre nosotros y los demás seres vivos.
El vivir la vida con profundidad y con arrojo y un esfuerzo por aprender de ella, generan una percepción más exacta de la realidad tal y como es, no como nosotros queremos que sea. Y eso nos lleva a tomar mejores decisiones, a ser más justos, a medir más nuestros impulsos. En este caso prudencia y experiencia se conjugan.
• Un comentario de la Maestra Silveria, a propósito de un artículo que publique recientemente con el título “El Pasado como Referencia” apunta”Considero la experiencia como una reserva de la que podemos disponer para ayudarnos en la construcción de respuestas o soluciones para situaciones del presente y que inevitablemente van a redundar en el futuro. En caso de que no sea utilizada adecuadamente e ignoramos su poder preventivo, nos estaríamos exponiendo a un presente con mucho desequilibrio y un porvenir realmente incierto”.
Por otra parte agrega, Es claro que el futuro es una consecuencia lógica del pasado y el presente, lo vamos construyendo con las decisiones y acciones que ejecutamos, por lo que, como humanos aun nos falta fortalecer la conciencia de que existe una ley natural de causa y efecto, con la que es muy peligroso jugar”.
Llama a no solo valorar la experiencia propia, sino que la de los demás también sirve de mucho y merece nuestro respeto.
Lanzar una mirada al ayer, poner el oído en los acontecimientos del pasado, además de recrear lo vivido es una garantía de adecuarse lógicamente al presente, comprenderlo y sentar las bases para un futuro provechoso.
Es oportuno acuñar la frase, muy de nuestros antecesores de que,” Culebra vieja no cae en gancho”, y la de que, El Diablo sabe por viejo, no por Diablo”. Premisas para dar a entender el valor que tiene para los seres humanos el acumulado de la vida.
Estoy seguro, sin temor a equivocarme, que muchas situaciones que se le presentan a los seres humanos en el presente y que le generan contratiempos no ocurrirían si analizara su pasado y el del mundo que le rodeó en los años vividos.
Lo vivido con prudencia y sin sobre pasamientos garantiza que la vida matrimonial sea más estable y duradera, los negocios sean más eficientes y la vida social sea de mayor respeto.
Comprender el pasado y tomar en cuenta esas experiencias nos ubica en un mundo del que jamás nos podemos arrepentir.
En estos tiempos de tanta convulsión social se necesita detenernos a analizar lo que hemos sido, volver a los pasos que ya dimos, ver nuestros yerros, corregirlos y, sobre esas experiencias programar lo que será nuestro porvenir.
Este ejercicio mental influirá de manera positiva en nuestro andar, hará mejor el presente y garantizara un futuro de calidad para todos.
A eso estamos obligados si queremos un futuro sin muchos contratiempos.

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