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martes, 27 de septiembre de 2016

Crónica de un Suceso






Autor Caonabo Peña
Poeta y Narrador

30 De Enero del 2011
A propósito de la feria o Internacional

Se rompió el silencio aquella noche negra e interminable todos los pasos de los transeúnte en diferentes direcciones conducían al mismo destino. 
Como autómatas abrazaban en la noche fría y densa,tal cual las olas de un mar negro y turbulento. 
Los rostros silentes tristes y petrificados bajo el influjo de un tormento colectivo, continuaban caminando cada vez con pasos más ligeros. 
Un mudo y sordo silencio hacia la noche más tétrica y nostálgica. 
La ciudad desierta, un solo techo de tristezas infinitas cubría totalmente de pesadumbre aquel lugar siniestro y lúgubre. 
El viejo poblado fue envuelto por un turbio y misterioso torbellino de misterio que se hizo sentir hasta en los recodos más escondidos del lugar. 
Bajo los escombros de un inmenso hueco, en el promontorio del océano, salían pequeños silbidos al aire, que se emancipaban en la distancia hasta convertirse en canticos sonoros, de una música extraña y cargada de misterios. 
Los perros asociados al vendaval de aquel siniestro viento, corrían despavoridos en anuncio de muertes colectivas y violentas, del pueblo corrompido y satanista. 
Las gentes siguen en masas el derrotero de su marcha,bajo la sombra de la noche ensordecida y muda, con las lenguas entrecortadas. 
Mutilados quedaron los recuerdos de otros tiempos, bajo los escombros del pasado. 
Erase aquel pueblo, distante y olvidado, producto de eneasesclavas y razas           africo-antillanas, con remilgos de expresiones sincréticas-religiosas de creencias y cultos satánicos, untados de miserables hazañas y magia negras entre otros hechizos inhumanos. 
Bajo el estima de un pasado remoto se registran inmensidades de hechos dolosos y galopantes: dinastía, dictaduras férreas, miserias espantosas, terremotos de otros tiempos y una ideología sin rumbo y sin avance dialectico. 
Las rancias costumbres sin ética ni criterios definidos, le señala como nómadas atrasados y primitivos.
Degollada ha quedado la naturaleza por la envestida de las manos despiadada y la furia del terremoto inesperado. 
Otra vez volvieron a sentirse las largas noches bajo una terrible sombra de tinieblas y el tétrico miedo a la muerte sin testigos. 
Otra vez los corazones latieron ininterrumpidamente a un mismo ritmo cardiaco aferrados a la vida. 
Millones de voces sin nombre, con gran desesperación gritaron aquella fatídica noche. Ay, ay, aaaa…..
El tiempo padece en el letargo, el día treces va naciendo con los túneles abiertos. 
Obsecrado está el silencio, solo hay sombras y tinieblas. 
La tierra está quebrada con las grietas ensangrentada sobre huellas de sangre. 
El tiempo agoniza, pero no muere y yo quiero que llegue el día, cuanto castigo. 
¿oh que noche tan amarga, que noche tan larga y no amanece?...
Las horas habían sido indolentes hasta el suplicio, no habían tenido piedad con esos seres que estaban muriendo en la oscuridad. 
La noche se hace eterna, perdurable, no declina, se estremece en su más cruel definición. 
¿Porque tanto sufrimiento este día trece?...
¿Será que Dios obra en cobrarnos las maldades de otros tiempos?
Hay un gran hermetismo en la noche, el silencio cubre metros por metros los espacios cavernarios. 
Ahogadas quedaron las palabras, sepultando los cuerpos sin cruces, levitando quedaron las almas henchidas de pecado, sin responsos, sin rezos y sin perdón. 
Otra vez, las cavernas volvieron a rugir sepultando los techos sin luces, enterrando los templos sin santos, revolcando los centros sin luaces. 
Otra vez, la sirena rugió furiosa en el océano, repitiendo por los aires tormentas y tempestades en aquella inicua noche sin luna y sin estrellas. 
Carajo he esperado toda la noche que amanezca y no amanece, apena transcurren escasos minutos, cuando el tiempo es huérfano y bastardo. 
La noche esta paralitica y andan duende en la noche.
No sé si llueve o son lagrimas que palpitan en la noche negra como un azabache; hemos hablados muchas veces con Dios en este no existir de la existencia y no responde. 
La confusión reina el malestar crece y se escurre.
La noche, se volvió tierna ante un gigante, pero no pudo justificar su inocencia. 
Hay un olor a sangre que sopla como un relente del viento. 
La muerte acecha por los pórticos acuciantes del desierto y un vendaval de brisas fugases trae consigo un fantasma que sopla sobre la creta del océano. 
Abrazados a la vida están los cuerpos moribundos y una mutilación sin nombre se oculta en los escombros sobre los cuerpos marchitos y sin alientos. 
Otra vez, volvió a sentirse el hedor galopando sin rumbo por la plaza desierta.
Ahora la noche es gris con turbios nubarrones, larga y pesada como la muerte. 
Y me dije así mismo, ¿Pero porque no amanece?
La pesadilla creció a la estatura de un monstruo desmintiendo sin saber la realidad del suceso.
La oscuridad no deja advertir si es cierto lo que ocurre porque se torna terca y caprichosa. 
En el umbral se divisaban a leguas rayos de luces fugases, y a poco se escucharon fuertes rayos que volvieron a estremecer la tierra, que ya era solo un soldó diluvio de polvos y llantos. 
Un fuerte quejido se filtró entre los túneles de las cavernas en presagios de angustias y desesperación.
La noche se había recrudecido y tendía una coraza que cubría de negro los escombros.
Había una gran codicia por el sol que se había obstinado en no salir y la preocupación era cada vez más alarmante. 
La incertidumbre reina, los barrotes del tiempo siguen rotos, cunde el pánico y la desesperación. 
Ya no puedo más, tengo destruidas las piernas y mutilados los brazos, mi pecho está hundido, pero siento morir, quiero ver la luz del día, ya me falta el aliento, creo que casi muero, pero resistiré hasta que llegue el día…
Volvió a prevalecer el silencio por tiempo indefinido y aquella voz sin nombre se apagó para siempre…
Hay una gran pausa en la noche, gobernada por un desafiante misterio, que cubre de pesadumbre el mas mínimo espacio, de aquel lugar envuelto en un pánico, que nubla la razón y se hace dueño de todos los secretos, que hasta entonces habían reinado en aquel lugar despreciadopor el destino y humillado por el mundo. 
La noche sigue negra y apena se dibujan en el espacio los reflejos de las constelaciones del mar embravecido. 

Un cuerpo atrapado y atropellado en estado de inconciencia, trataba de husmear en busca de la diminuta entrada de aire entre los escombros; los perros lejanos y ausentes ladran en la noche en medio del pesar y la pena, AU,AU,AU,AUUU…
Los ratones sobre vivientes en aquella ciudad muerta, recorren los estrechos laberintos en busca de saciar su instinto de comer. 
Lejos, en el mar, las brillantes arterias de los relámpagos latían en el cielo seguidas de la atenuada vibración de los truenos. 
La brisa péptida, como un relente del viento, soplaba intensamente, sobre la cuidad amortecida y petrificada bajo el manto de la noche interminable. 
La aurora no llega y hay urgencia en que amanezca una voz estridente resurgió dentro de los escombros y rompió el silencio de la noche…
Las excavaciones han llegado al colmo de extraer los fósiles de los difuntos. Pero para algo sirven. 
¿Para qué? Dijo otra voz. 
Con la cal de los fósiles, es lo mejor para pintar las escuelas y las basílicas. 
¿Las basílicas? – Si, con los excrementos de los muertos, es lo más recomendable y favorable para pintar los barrotes de las iglesias, ya que se convierten en espíritu puro cuando se disipan los vientos y contribuyen a alejar los malos espíritus. 
Es por esta acción satánica que los templos adquieren un aroma sepulcral y le imprime un carácter serio y obcecarle. 
Las voces se perdieron en el resumen de la noche, y el silencio tendió nuevamente su cortina sobre la cuidad muerta y apenada por el destino… 
Lo amorfo, las fallas, lo extraño, lo absurdo, lo inexplicable, el vacío, la pesadilla, el temor, el miedo, el tránsito, lo intemporal, la perturbación, el terror, el insomnio, la desesperación, la herida penetrante, la muerte misma, el fin de la existencia, el pánico, el cólera, la soberbia, lo temporal, lo físico y lo abstracto, la destrucción, el hundimiento. 
El terror había absorbido la indulgencia de la noche, que se recrudecía en un ininterrumpido silencio. 
Las vibraciones del viento y la quietud de la noche eran como un tránsito a la desesperación del universo. 
El frio de la noche, remolca el transporte del fétido olor de los muertos en estado de putrefacción. 
Aquel trece de Enero, al movilizar la tierra en los túnelesde la ciudad perforada y agrietada.
Ahora se volvió a sentir un prolongado rugido que agrieto los cimientos de todos los edificios y continuo hormigueando bajo los pies de todos sus habitantes. 
La noche, la noche sigue larga, muy negra, muy seca, el maremoto se repite intensamente contra los acantilados, no se puede dormir, volvieron a crujir los hierros y las campanas de las iglesias repican solas, como en un cortejo fúnebre en una inacabable caravana de la muerte.
Capitán.- a las ordenes general 
Prepare cien alistados de los más expertos y vaya al castillo del príncipe y saquen dentro de los escombros la botijuela que dejo el príncipe. 
Pero general esto da mucha nausea rebuscar entre tantos cadáveres. 
Buen pendejo el oro no da nausea, lo que da es riqueza… 

Fragmento de la novela
¡!EL ENIGMA DE LA BOTIJUELA Y EL REJON (INEDITA)!!


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