Autor Caonabo Peña
Poeta
y Narrador
30 De
Enero del 2011
A propósito de la feria o Internacional
Se rompió el silencio aquella noche negra e
interminable todos los pasos de los transeúnte en diferentes
direcciones conducían al mismo destino.
Como autómatas abrazaban en la noche fría y densa,tal cual
las olas de un mar negro y turbulento.
Los rostros silentes
tristes y petrificados bajo el influjo de un tormento colectivo,
continuaban caminando cada vez con pasos más ligeros.
Un mudo y sordo silencio hacia la
noche más tétrica y nostálgica.
La ciudad desierta, un solo techo de
tristezas infinitas cubría totalmente de pesadumbre aquel
lugar siniestro y lúgubre.
El viejo poblado fue envuelto por un turbio y
misterioso torbellino de misterio que se hizo sentir hasta en los recodos más
escondidos del lugar.
Bajo los escombros de un inmenso hueco, en el promontorio
del océano, salían pequeños silbidos al aire, que se emancipaban en la
distancia hasta convertirse en canticos sonoros, de una música extraña y
cargada de misterios.
Los perros asociados al vendaval de aquel siniestro
viento, corrían despavoridos en anuncio de muertes colectivas y
violentas, del pueblo corrompido y satanista.
Las gentes siguen en masas el derrotero de su
marcha,bajo la sombra de la noche ensordecida y muda, con las lenguas
entrecortadas.
Mutilados quedaron los recuerdos de otros
tiempos, bajo los escombros del pasado.
Erase aquel pueblo, distante y olvidado, producto de eneasesclavas
y razas africo-antillanas,
con remilgos de expresiones sincréticas-religiosas de creencias
y cultos satánicos, untados de miserables hazañas y magia negras
entre otros hechizos inhumanos.
Bajo el estima de un pasado remoto se registran
inmensidades de hechos dolosos y
galopantes: dinastía, dictaduras férreas, miserias espantosas,
terremotos de otros tiempos y una ideología sin rumbo y sin avance
dialectico.
Las rancias costumbres sin ética ni criterios
definidos, le señala como nómadas atrasados y primitivos.
Degollada ha quedado la naturaleza por la envestida de
las manos despiadada y la furia del terremoto inesperado.
Otra vez volvieron a sentirse las largas noches bajo una
terrible sombra de tinieblas y el tétrico miedo a la muerte sin testigos.
Otra vez los corazones latieron ininterrumpidamente a
un mismo ritmo cardiaco aferrados a la vida.
Millones de voces sin nombre, con gran
desesperación gritaron aquella fatídica noche. Ay, ay, aaaa…..
El tiempo padece en el letargo, el día treces va
naciendo con los túneles abiertos.
Obsecrado está el silencio, solo hay sombras y
tinieblas.
La
tierra está quebrada con las grietas ensangrentada sobre huellas de sangre.
- El
tiempo agoniza, pero no muere y yo quiero que llegue el día, cuanto
castigo.
- ¿oh que
noche tan amarga, que noche tan larga y no amanece?...
Las horas habían sido indolentes hasta el suplicio, no
habían tenido piedad con esos seres que estaban muriendo en la oscuridad.
La noche se hace eterna, perdurable, no declina,
se estremece en su más cruel definición.
- ¿Porque
tanto sufrimiento este día trece?...
¿Será que Dios obra en cobrarnos las maldades de otros
tiempos?
Hay
un gran hermetismo en la noche, el silencio cubre metros por metros los
espacios cavernarios.
Ahogadas quedaron las
palabras, sepultando los cuerpos sin cruces, levitando quedaron las
almas henchidas de pecado, sin responsos, sin rezos y sin perdón.
Otra vez, las cavernas volvieron a
rugir sepultando los techos sin luces, enterrando los templos sin santos, revolcando
los centros sin luaces.
Otra vez, la sirena rugió furiosa en el
océano, repitiendo por los aires tormentas y tempestades en
aquella inicua noche sin luna y sin estrellas.
- Carajo
he esperado toda la noche que amanezca y no amanece, apena transcurren escasos
minutos, cuando el tiempo es huérfano y bastardo.
La
noche esta paralitica y andan duende en la noche.
- No sé si
llueve o son lagrimas que palpitan en la noche negra como
un azabache; hemos hablados muchas veces con Dios en este no existir de la
existencia y no responde.
La
confusión reina el malestar crece y se escurre.
La
noche, se volvió tierna ante un gigante, pero no pudo justificar su inocencia.
Hay
un olor a sangre que sopla como un relente del viento.
La muerte acecha por los pórticos acuciantes del desierto y
un vendaval de brisas fugases trae consigo un fantasma que sopla sobre la
creta del océano.
Abrazados a la vida están los cuerpos moribundos y una
mutilación sin nombre se oculta en los escombros sobre los cuerpos
marchitos y sin alientos.
Otra vez, volvió a sentirse el hedor galopando sin rumbo por
la plaza desierta.
Ahora
la noche es gris con turbios nubarrones, larga y pesada como la muerte.
- Y
me dije así mismo, ¿Pero porque no amanece?
La
pesadilla creció a la estatura de un monstruo desmintiendo sin saber la
realidad del suceso.
La oscuridad no deja advertir si es cierto lo que ocurre
porque se torna terca y caprichosa.
En el umbral se divisaban a leguas rayos de luces
fugases, y a poco se escucharon fuertes rayos que volvieron a estremecer la
tierra, que ya era solo un soldó diluvio de polvos y llantos.
Un fuerte quejido se filtró entre los túneles de las
cavernas en presagios de angustias y desesperación.
La
noche se había recrudecido y tendía una coraza que cubría de negro los
escombros.
Había una gran codicia por el sol que se había obstinado en
no salir y la preocupación era cada vez más alarmante.
- Ya
no puedo más, tengo destruidas las piernas y mutilados los brazos, mi pecho
está hundido, pero siento morir, quiero ver la luz del día, ya me falta el
aliento, creo que casi muero, pero resistiré hasta que llegue el día…
Volvió
a prevalecer el silencio por tiempo indefinido y aquella voz sin nombre se
apagó para siempre…
Hay una gran pausa en la noche, gobernada por un desafiante
misterio, que cubre de pesadumbre el mas mínimo espacio, de
aquel lugar envuelto en un pánico, que nubla la razón y se hace dueño de todos
los secretos, que hasta entonces habían reinado en aquel lugar despreciadopor
el destino y humillado por el mundo.
La noche sigue negra y apena se dibujan en el espacio los
reflejos de las constelaciones del mar embravecido.
Un cuerpo atrapado y atropellado en estado de inconciencia,
trataba de husmear en busca de la diminuta entrada de aire entre los
escombros; los perros lejanos y ausentes ladran en la noche en medio del pesar
y la pena, AU,AU,AU,AUUU…
Los
ratones sobre vivientes en aquella ciudad muerta, recorren los estrechos
laberintos en busca de saciar su instinto de comer.
Lejos, en el mar, las brillantes arterias de los
relámpagos latían en el cielo seguidas de la atenuada vibración de los truenos.
La brisa péptida, como un relente del viento, soplaba
intensamente, sobre la cuidad amortecida y petrificada bajo el manto de la
noche interminable.
La aurora no llega y hay urgencia en
que amanezca una voz estridente resurgió dentro de los escombros y
rompió el silencio de la noche…
- Las
excavaciones han llegado al colmo de extraer los fósiles de los difuntos. Pero
para algo sirven.
- ¿Para
qué? Dijo otra voz.
- Con
la cal de los fósiles, es lo mejor para pintar las escuelas y las basílicas.
- ¿Las
basílicas? – Si, con los excrementos de los muertos, es lo más recomendable y
favorable para pintar los barrotes de las iglesias, ya que se convierten en
espíritu puro cuando se disipan los vientos y contribuyen a alejar los malos
espíritus.
Es por esta acción satánica que los templos adquieren un
aroma sepulcral y le imprime un carácter serio y obcecarle.
Las voces se perdieron en el resumen de la noche, y el
silencio tendió nuevamente su cortina sobre la cuidad
muerta y apenada por el destino…
Lo amorfo, las fallas, lo extraño, lo absurdo, lo
inexplicable, el vacío, la pesadilla, el temor, el miedo,
el tránsito, lo intemporal, la perturbación, el terror, el insomnio,
la desesperación, la herida penetrante, la muerte misma, el fin de la
existencia, el pánico, el cólera, la soberbia, lo temporal, lo físico y lo
abstracto, la destrucción, el hundimiento.
El
terror había absorbido la indulgencia de la noche, que se recrudecía en un
ininterrumpido silencio.
Las
vibraciones del viento y la quietud de la noche eran como un tránsito a la
desesperación del universo.
El frio de la noche, remolca el transporte del
fétido olor de los muertos en estado de putrefacción.
Aquel trece de Enero, al movilizar la tierra en
los túnelesde la ciudad perforada y agrietada.
Ahora
se volvió a sentir un prolongado rugido que agrieto los cimientos de todos los
edificios y continuo hormigueando bajo los pies de todos sus habitantes.
La noche, la noche sigue larga, muy negra, muy seca, el
maremoto se repite intensamente contra los acantilados, no se puede dormir,
volvieron a crujir los hierros y las campanas de las iglesias
repican solas, como en un cortejo fúnebre en una inacabable caravana de la
muerte.
- Capitán.-
a las ordenes general
- Prepare
cien alistados de los más expertos y vaya al castillo del príncipe y
saquen dentro de los escombros la botijuela que dejo el príncipe.
- Pero
general esto da mucha nausea rebuscar entre tantos cadáveres.
- Buen
pendejo el oro no da nausea, lo que da es riqueza…
Fragmento
de la novela
¡!EL ENIGMA
DE LA BOTIJUELA Y EL REJON (INEDITA)!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario