Roberto Rosado Fernández
Profesor UASD, San Juan de la
Maguana.
Ellas existen con la sociedad
misma, por venganza, falta de oportunidades, exclusión. Solo ha variado la
forma de hacerlo tomando en cuenta que el estado mismo promueve estos
comportamientos cuando permite que los anuncios se hagan con imágenes de
mujeres incitando al sexo vulgar, las comedias por igual, novelas con escenas
porno donde madre e hija y hermanas se disputan el mismo hombre, mediando
dinero o desempeño de un puesto. Para combatir este mal o reducirlo a la mínima
expresión hay que involucrar las instituciones, públicas y privadas en un solo
propósito y dirigirlo a la generación de atrás a fin de que puedan servir de
ejemplo a las que vendrán.
Los comportamientos futuros son
generados por lo general por las acciones del presente. El pasado, con toda su
secuela, constituye la base de los comportamientos del presente y son sujetos
de reflexión para continuarlos si son buenos, moldearlos con las innovaciones y
crear los que las generaciones futuras consumirán.
Hoy se habla mucho de lo que
antes fuimos, denotando que el pasado fue mejor, pero no siempre es así, cada
generación tiene sus características, esa es la dinámica de la sociedad que
identifica a cada una de sus etapas. Lo lógico será asimilar lo bueno de hoy y
de ayer para tratar de proyectar un mejor futuro.
Las mujeres alegres, han estado
en cada estadio de la sociedad. Existieron las hordas promiscuas, en el
paleolítico, en donde la mujer no era propiedad de nadie y el sexo, por esta
razón no era privativo de nadie.
La apropiación del hombre de los
bienes materiales coloco a la mujer en desventaja convirtiéndola en esclava
domestica dependiente totalmente del poder masculino convirtiéndola , a su vez,
en objeto servil de los caprichos del poder de los hombres tanto en el hogar
como en las funciones del estado.
Al discurrir del tiempo, los
moldeamientos de las sociedades y la inserción de la mujer en el mundo del
trabajo, tanto formal como informal, le fue otorgando derechos que le crearon
sensación de libertad, a veces exagerada, haciéndola asumir actitudes reñidas
hasta con su propia moral.
Hay un acumulado de malos
comportamientos que hoy se presentan como tragedia. Hijos violan a sus
respectivas madres, hermanos procrean hijos con sus hermanas, padres violan a
sus hijas y los hijos, producto de ese incesto asumen comportamientos tan
agresivos que se tornan incorregibles en el” hogar “y la escuela lugares que
deben garantizar la transmisión de valores que eviten aquellos comportamientos,
Tenemos mayores oportunidades
para proyectar valores pero su uso no es el adecuado. Lo que se proyecta por
las redes, la televisión y la radio es un producto no controlado, no dirigido a
educar si no a promover anti valores con los cuales se manifiesta
principalmente la juventud.
Si queremos ver menos mujeres
ejerciendo la prostitución vulgar y exagerada, a la vista de todos ,
fortalezcamos la familia y la escuela, las instituciones del estado,
controlemos el poder mediático que es una escuela de formación que abarca
millones de kilómetros mas allá de la escuela formal y controlada y dura las 24
horas del día proyectando imágenes y conceptos pornográficos que enseñan más
que un millón de enseñantes sin
descanso, hagamos que los que aspiran a dirigir el estado, en sus diferentes
instancias, asuman el compromiso de introducir estos elementos en sus
ejecutorias y de seguro que , en poco tiempo, estaríamos viendo disminuido ese
flagelo que tanto nos preocupa en la actualidad.
Reducir la vagancia fomentando el
mundo del trabajo y obligando a todo dominicano a hacerlo es, más que una solución
urgente, una acción que generaría, junto al fomento de la producción
tecnificada y bien comercializada, una sociedad diferente de la cual no nos
podríamos arrepentir.
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