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miércoles, 20 de abril de 2011

Marianela Sánchez





Soprano ligera. Nació en San Juan de la Maguana el 6 de junio de 1953. En el Conservatorio Nacional de Música realizó estudios de música, piano y canto. Sus primeros maestros de técnica vocal fueron Rafael Sánchez Cestero y Olga Azar. Por muchos años perteneció al Coro Nacional. Bajo la guía de Paolo Silveri y de Gianna Perea Labbia se graduó de Profesora de Canto por el Conservatorio de Santa Cecilia de Roma. En Lucca realizó estudios especializados con Franco Calíbrese. En Italia participó en diferentes presentaciones estudiantiles y diversos recitales. Desde su regreso al país en 1984 se convirtió en una de las figuras claves del ambiente musical dominicano. Presentó exitosos recitales acompañada por el maestro Vicente Grisolía al piano, y fue escogida por el recién nombrado director de Orquesta Sinfónica Nacional, para inaugurar su primera temporada al frente de esa institución. Desde entonces ha cantado en repetidas oportunidades con la OSN, bajo la batuta de Carlos Piantini, Rafael Villanueva, Julio de Windt y de diversos directores invitados.

Ha cantado roles principales en producciones de Lucía di Lammermoor, Fidelio, Rigoletto Luisa Fernanda, El Cafetal y Opera Merengue. A través de su academia de cano, ha preparado una nueva generación de jóvenes cantantes. Esta artista y profesora de cano tiene una gran habilidad para montar coros, tanto de adulos como infantiles.

Su técnica depurada, su voz de alcance excepcional hacia el agudo, su musicalidad y afinación, su dominio del italiano y su disciplina de trabajo, despertaron un gran entusiasmo en el aletargado ambiente artístico dominicano, a su regreso de Italia.

Marianela Sánchez es en la actualidad figura relevante del Grupo de Cantantes Líricos adscritos a la Dirección General de Bellas Artes.


RESPALDO A MARIANELA SANCHEZ


Por Aída Bonelly de Díaz


Menuda, con ojos brillantes, semi enterrados en sus párpados alertas, abre sus labios y tras ellos acciona un ejercitado equipo de músculos y nervios, sensibles al are que fluye cómodo entre huecos de su aparato de fonación. Los sonidos son distintos a los corrientes, son más bellos, la voz destila enriquecida, Marianela canta. Su canto es excelente es la amalgama del don de la voz y la técnica con la que la maneja dúctilmente.

Además del producto substancial de una voz cultivada la cantante os ofrece el concepto de la música. Arias desmenuzadas con buen fraseo, líneas melódicas matizadas, eslabones afinados de la cadena inmemorial que entraña el Arte.

Estamos frente a una cantante lograda, hecha con ajuste a cualquier opinión exigente y ambiciosa. Marianela Sánchez es una realidad de apreciable valor artístico.

Con mi rebozado entusiasmo clamo porque el Gobierno haga provecho de sus méritos y la lleve al sitio de representación que corresponde a quien, por esfuerzos propios y muchos, ha terminado tan exitosamente su carrera de estudios en Roma.

Su prometedor porvenir profesional necesita ensanchar fronteras. Aquí se mustiará y, con larga permanencia, se extinguirá por falta de oportunidades para cantar óperas que ya no se ofrecen, o hacer recitales que a tan pocos interesan.

No es negativo sino, al contrario positivismo en aprovechar lo que ya existe y se podría aportar con orgullo.

La escuchamos en un estudio privado, con interés inicial que fue transformando en admiración final y desearía convertirse en portavoz de su éxito en la carrera internacional que ella puede perfectamente abordar.

Soprano ligera, anda con el viento y trasládate a los escenarios donde el recuerdo de la música de Donizetti, Bellini, Rossini vive en las voces que dan colatura a tus melodías. ¡Que así sea.

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