Leyenda India por José Danilo Domínguez
A uno 5 kilómetros de la ciudad de San Juan de la Maguana existe una plaza ceremonial llamada impropiamente Corral de los Indios.
En medio de la plaza existe una gran piedra que se relaciona con la valiente y bella cacica Anacaona, esposa del cacique Caonabó y hermana del cacique Boechio. La verdad de la piedra la encontré en un viejo manuscrito que me entregó una persona del lugar. La piedra no es una piedra, sino el cuerpo petrificado de Aicuamé nombre que en lengua taina significa “Hija del Sueño”. Aicuamé era una joven india sobrina de Anacaona y compañera de juego de Higuemota. Cuando el gobernador de la isla Nicolás de Ovando, molesto por lo acontecido en el Fuerte de la Navidad envió sus fuerzas para capturar a Anacaona a quien ahorcaría luego de producirse la matanza de Jaragua, Aicuamé pudo escapar ayudada por un soldado español que se había prendado de ella. Se dice que el padre de los cielos, conmovido por la situación en que se encontraba Aicuamé la convirtió en piedra y al soldado español lo convirtió en árbol. El árbol serviría para darle sombra a Aicuamé y para protegerla. Con el tiempo, el árbol fue cortado y convertido en leña. Desde entonces Aicuamé se encuentra sola y desprotegida, sometida a la inclemencias del agua, el sol y el viento. Se dice que un día, cuando un joven puro deje caer sus lágrimas sobre la piedra, el árbol volverá a crecer y Aicuamé entonces volverá a la vida. Eso es todo lo que se puede leer del viejo manuscrito.
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