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jueves, 6 de enero de 2011

¡Aquí estamos!







Nicolás Guillén, Obras poéticas, ed. Cit, t.1.


¡Aquí estamos!

La palabra nos viene de los bosques,
y un sol enérgico nos amanece entre las venas.
El puño es fuerte
y tiene el remo.

En el ojo profundo duermen palmeras
exorbitantes.

El grito se nos sale como una gota de oro virgen.
nuestro pie,
duro y ancho,
aplasta el polvo en los caminos abandonados
y estrechos para nuestras filas.
Sabemos dónde nacen las aguas,
Y las amamos porque empujaron nuestras
Canoas bajo
Los cielos rojos
Nuestro canto
es como un músculo bajo la piel del alma,
nuestro sencillo canto.

Tenemos el humo en la mañana,
y el fuego sobre la noche,
y el cuchillo, como un duro pedazo de luna,
apto para las pieles bárbaras.,
traemos los caimanes en el fango,
y el arco que dispara nuestras ansias,
y el cinturón del trópico
y el espíritu limpio.

Traemos al perfil definitivo de América.
¡Eh, compañeros, aquí estamos!
La ciudad nos espera con palacios, tenues
como panales de abejas silvestres.,
sus calles están secas como los ríos cuando no llueve.
en la montaña,
y sus casas nos miran con los ojos pávidos
de las ventanas.
Los hombres antiguos nos darán leche y miel
y nos coronarán de hojas verdes.
¡Eh, compañeros, aquí estamos!
Bajo el sol
nuestra piel sudorosa reflejará los rostros húmedos
de los vencidos,
y en la noche, mientras los astros ardan
en la punta
de nuestras llamas,
nuestra risa madrugará sobre los ríos
y los pájaros.



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