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lunes, 24 de enero de 2011

Saladino Figuereo un hombre de coraje del pueblo dominicano


CARTA HISTORICA

Testimonio a viva voz de la lectura de una carta dirigida al Consejo de Estado, por el ciudadano Saladino Figuero repudiando con valor la salvaje acción de asalto a la iglesia católica de San Juan y su Casa Curial. Ordenada por el tirano Trujillo, ejecutada por paleros, por los miembros del Partido Dominicano, agentes del servicio secreto, SIM y parte del pueblo sanjuanero.

Automóvil personal del obispo Tomas F. Reilly, donado a Saladino Figuereo. En ventas

La campaña contra Monseñor Reilly ordenada por Trujillo

En San Juan de la Maguana, llamada entonces provincia Benefactor en honor al tirano, el 1 de marzo de 1961, fue incendiada la puerta de la Catedral por agentes del Servicio de Inteligencia Militar, marcando el inicio de la campaña contra Monseñor Reilly.

Se desató una cacería contra la Iglesia. Los hechos históricos protagonizados en San Juan señalan que el 7 de abril de 1961 el SIM acusaba a Reilly y demás sacerdotes de terroristas y de "haber organizado un complot contra el gobierno, acusándolos de colocar bombas, como parte de un plan que buscaba crear en la opinión pública la idea de que el gobierno dominicano agredía al clero"(56,9), buscaban una excusa para expulsarlo del país y acabar con la dirección de la oposición eclesiástica contra la dictadura, que junto a Monteños, Ramírez, Mons. Pepén, Polanco Brito y otros habían decidido organizar.


El 10 de abril de 1961 los sicofantes del régimen trujillista en San Juan de la Maguana, bajo la dirección del Partido Dominicano, organizaron una manifestación, pidiendo la deportación de Reilly .

Las fotos de los periódicos de la época destacaban letreros y pancartas que describían al obispo como un "famoso gangster", otros decían: "necesitamos curas dominicanos,...no gringos terroristas (…) el obispo y su comparsa son una manada de hijos de la gran..." .

Luego, el obispo fue formalmente sometido a la justicia por su participación en las actividades terroristas. El obispo y la feligresía soportaron los vejámenes más aberrantes: “Mujeres recogidas en centros de lenocinio son transportadas a las iglesias; en la catedral de San Juan, decenas de estas mujeres se alzan las faldas y danzan con alegría, se muestran de frente, de lado, de espalda, y con esas lenguas bendecidas por Dios antes de la creación de la misma iglesia, dicen todo lo que ellas tienen que decir a los curas y monjas que solo dicen perdónales, Dios mío” (117,216). Al día siguiente, bandas dirigidas por agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), asaltaron la Casa Curial, así como la residencia de Reilly, destrozando el mobiliario de ambas residencias, y varios vehículos.

Reilly, con alma atormentada, desgarrada frente a la debilidad humana que lo acosaba injustamente, optó como medida de protección, trasladarse a la Capital junto a doce sacerdotes y catorce monjas de los pueblos vecinos; se hospedaron en el Colegio Santo Domingo.


El pueblo de San Juan de la Maguana recuerda el arrojo de John Kelly, el cura Redentorista, quien con heroísmo enfrentó con uñas y dientes las turbas, junto a sus compañeros John Schomber y Bernard O' Connor.

La provocación del régimen llegó a los extremos de que “en las iglesias, en los mismos altares, se colocan sustancias malolientes. En San Juan de la Maguana, una turba Trujillista avanza hacia la iglesia. Algunos curas se arremangan la camisa y vengan, entren que vamos pelear como hombres”. Los tres valientes Curas fueron deportados y Kelly desde San Juan Puerto Rico "declaró al The New York Time que una turba organizada había saqueado su iglesia en San Juan de la Maguana después de que tanto él como el Padre Schomber, habían tratado de impedir que entraran a la misma elementos sospechosos de llevar bombas".

Kelly denunció "que una turba organizada estimada en 10,000 personas y lidereada por 400 soldados, había saqueado su casa y otras propiedades de la iglesia valoradas en US$100,000. Enfatizó cuan organizado había sido el hecho, al comentar que cada oleada de ataques de una parte de la turba duraba unos quince minutos antes de cesar, para ser remplazada por ataques de otro grupo. Luego del asalto a su casa, la turba le cayó a pedradas a la residencia de Reilly, usando piedras convenientemente ubicadas en un camión parqueado al lado de la residencia, este último ataque duró unas cuatro horas". También informó el Padre Kelly que Trujillo intentaba expulsar a los religiosos extranjeros, para así poder intimidar mejor a los sacerdotes criollos. Dijo que después de esa experiencia se había dado cuenta cómo el miedo influía en la gente y podía entender lo de los campos de concentración en Alemania. Esa acción de Trujillo provocó que grupos de exiliados en Nueva York le solicitaran al Papa que el dictador fuese excomulgado" .

Años más tarde Tomas F. Reilly, decide poner término a su carrera sacerdotal, "el 20 de julio de 1977 es aceptada su renuncia que él había presentado al Papa por haber llegado a los 75 años" .


En 1986 Tomás F. Reilly, se retira a los Estados Unidos por quebrantos de salud y "muere el 21 de julio de 1992 en la ciudad de New York"(64). El obispo de la Diócesis de San Juan, Monseñor José Dolores Grullón Estrella a propósito de su muerte dijo: "Solo una enfermedad terrible logra alejarlo de esta tierra que tanto quiso. Nosotros conocimos su sencillez, su sinceridad, su amor por el pueblo de Dios. (…) Una resolución de la Sala capitular emanada del cabildo de San Juan de la Maguana, recordará a las futuras generaciones que "Reilly dedicó y arriesgó su vida durante 29 años de ejercicio sacerdotal en la Región Suroeste y en todo el país como su apostolado (…) ilustre prelado se convirtió en un autentico defensor de la democracia del Pueblo Dominicano y un claro exponente de los ideales liberales, frente a la injusticia y a la opresión del trujillismo".


Fuente: Obra San Juan de la Maguana, una Introducción a su Historia De Cara Al Futuro, Luis Matos, José Enrique Méndez, Carlos Vicente Castillo


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