El Centro Perelló en Baní: Un sueño hecho realidad
Escrito por Luis Beiro
BANI.- Manuel de Jesús Perelló (Masusito) fue un gran gestor cultural banilejo. Además de entregarse en alma y corazón al desarrollo de su pueblo, soñó crear una gran biblioteca en el pueblo de Baní.
José Miguel Germán, presidente de la Asociación Cultural Alianza Banileja y miembro prominente de la Sociedad Civil de la provincia Peravia, conoce como pocos la historia de aquel anhelo. Según Germán, la biblioteca sería “un centro de lujo, tal vez el mayor del país, con un doble propósito: primero, incentivar el hábito de lectura entre las nuevas generaciones y, segundo, promover la investigación y la creación literaria en una de las ciudades más ricas en cultura e historia de la República Dominicana”.
Arquitecto Ismael Díaz Melo, Director del Centro Cultural Perelló
“Antes de morir, pidió a su familia que alguna vez hiciera realidad su sueño. En ese sentido, los Perelló buscaron el lugar apropiado para levantar el monumento cultural. Primero, se chequearon terrenos en el centro del pueblo, pero ninguno tenía la dimensión exigida para albergar un lugar de tal naturaleza. La idea fue creciendo y, con la llegada de la modernidad, y tomando en cuenta la ampliación de los horizontes culturales de los banilejos que, además de leer o escribir, necesitaban proyectar su educación, medio ambiente, cine, teatro, música y artes visuales, la familia Perelló enfrentó el reto de construir un majestuoso Centro Cultural, con todos los adelantos de la tecnología y cumpliendo los más exitentes stándares internacionales”.
Realidad
El cambio de estrategia apuntado por Germán, para levantar un Centro Cultural, implicaba una inversión muy cuantiosa. Sin embargo, la familia Perelló consideró que Baní merecía un espacio de vanguardia, atendiendo a sus valores históricos y a su gran cultura.
Eso implicó que el proyecto se trasladara a unos terrenos ubicados a pocos kilómetros de la entrada del pueblo, en la misma carretera, junto a la fábrica de fósforos La Estrella.
Con la construcción del Centro Perelló, la localidad vuelve a demostrar su clima de paz y tabajo ejemplar; en sus calles se respira honestidad y honradez. El director de este periódico, Miguel Franjul, fue un constante animador para que este proyecto se hiciera realidad.
El Centro por fuera
El Centro Perelló, con una inversión de más de 10 millones de dólares, diseñado por el arquitecto Pedro José Borrell, se erigió sobre unos 10 mil metros cuadrados, con dos niveles. El primero, con fines eminentemente culturales, y el segundo, para alojar la dirección cultural y salón de reuniones. La edificación se levantó en la mitad del terreno, mientras que los otros 5 mil metros fueron destinados a jardines y parqueos.
El Centro es un conjunto arquitectónico articulado con pasarelas, integrado hacia el exterior. Desde su entrada, el visitante respira un aire cultural inconfundible.
El concepto paisajístico en el manejo de los jardines con elementos de la flora, exclusivos del bosque seco subtropical de la comunidad banileja, le aporta una identidad que sabe embrujar.
Y dentro de ese concepto, hay especímenes botánicos propios de la zona como la Cocotina Expizza (guano de Baní) y el Cambrón de la Virgen, adicionalmente a otros que no son exclusivos de Baní como el Guayacán y la Saona que también pertenecen al bosque seco donde está insertada la provincia Peravia.
El Centro por dentro
A la entrada del edificio, a ambos lados del recibidor, se encuentran el salón de exposición, de 300 metros cuadrados de espacio, y el auditorio, con capacidad para 150 personas. En ese “teatro” se proyectarán películas, conciertos, charlas, conferencias y clases magistrales, entre otras actividades.
Ambos espacios de lujo constituyen el corazón de las actividades que allí se efectuarán. El auditario está dotado con tecnología de punta para reproducción de sonidos, imágenes y la trasmicoón nacional e internacional.
Inmediatamente después, el pasillo conduce a una terraza que lleva a la cafetería, a la mediateca y a las aulas con capacidad para 32 personas para cursos, talleres, debates y cineforums. Una de ellas, el salón multiusos, de puertas plegables, puede albergar hasta 200 personas.
Adicionalmente a esto están la oficinas administrativas y los almacenes.
En la mediateca se habilitaron 36 computadoras con acceso a la internet. La amplia biblioteca que soñó don Masusito Perelló podrá ser consultada a través del espacio cibernético. Pero además, al final de la mediateca, se abren dos espacios, uno para albergar de manera física libros, revistas, periódicos, fonoteca, videos y fotos antiguas y, el otro, una pequeña sala de exposiciones temporales para artistas nacionales, regionales y locales.
Al fondo, y en los laterales, se encuentran las terrazas y el “patio banilejo”. Este último exhibe un mural de Said Musa que sintetiza un día en la vida del campesino dominicano con perfiles típicos de la región. La obra recoge la costumbre de ese hombre del campo que, desde que se levanta en las mañanas, toma su café Santo Domingo, hasta que concluye su jornada bailando Sarandunga.
Su director
El historiador Ismael Díaz Melo preside el equipo de trabajo del Centro Perelló.
Ingeniero de profesión, ha publicado varias obras literarias e historiográficas y es uno de los pilares de la cultura banileja. Su hablar es ameno y pausado. Conoce la enorme importancia del espacio que tiene en sus manos y para ello ya tiene su línea de acción definida.
“Trabajaremos sobre tres ejes temáticos fundamentales, el cine joven, la educación y el medio ambiente; pero además realizaremos tertulias, actividades literarias, cursos de formación y funciones de cine para la comunidad. Aspiramos a un plan de trabajo que implique realizar premiers de películas dominicanas y apoyar a todo el talento joven de la comunidad interesado en hacer cine”.
En cuanto a la educación, Díaz Melo asegura que es interés de la familia Perelló contribuir con el mejoramiento de las condiciones educativas de la provincia, sobre todo en la capacitación de profesores Dice, con optismismo, que cuentan con un amplio plan ambientalista que se aplicará tanto en la ciudad como en la región porque “el ámbito de acción del Centro Perelló será, fundamentalmente, provincial y regional con alguna participación nacional”.
Otros planes permanentes se relacionan con la dedicatoria cada mes a un banilejo ejemplar para que la obra sea co onferencias para divulgar y honrar los valores autóctonos, y abrir espacio permanente a los cultores de la identidad cultural como la sarandunga, las salves y los chuines y la historia de las comunidades locales porque, en sus orígenes, Baní se integraba con esas comunidades.
“En esta primera etapa, el Centro Perelló va a tener un radio de acción provincial, después ampliaremos nuestro radio de acción hacia el Sur. El proyecto nace con muchas ilusiones, y los que estamos involucrados en él como empleados lo asumimos como nuestro y queremos apoyar al máximo los esfuerzos de una familia que ha hecho una donación tan grande para su pueblo porque son cosas que no se ven con frecuencia”, concluye Díaz Melo.
LOS PERELLÓ, FAMILIA EJEMPLAR
La familia Perelló ha invertido en su pueblo una gran cantidad de recursos, sin escatimar gastos en instalaciones, mobiliarios, pisos y plafones, todos de primera calidad e importados de Europa.
Ha realizado un monumento que honra al espíritu de la ciudad. La comunidad banileja está muy contenta y agradecida con la obra y tiene gran espectativa de participar en las valiosas actividades que se desarrollarán allí. Lo ven como un regalo para los banilejos. Ojalá que familias de otras provincias del país impulsen la creación de obras semejantes.
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