José Enrique de la Rosa
Cuidado que puedo renacer del silencio que provoca tú cuerpo desnudo
Cuerpo que me habla como rosa sonriente
cuando deja brotar
de tú pecho sensual
capullos
tus senos lujuriosos
Cuidado que apenas eres flor que empieza primavera
y no quiero envolverte en mí crepúsculo
que puede ser más ardiente que tus tímidos rayos del alba
y en dantesco infierno de pasión
despiertes en tierna furia de Amor
gimiendo
saciando en mi
el éxtasis
la sed
de este peligroso amor.
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