Buscar este blog

miércoles, 11 de julio de 2012

De Teódulo Mercedes (Plinio) para Guillermo Piña



 



 
Estimado y nunca olvidado amigo:
Es gratificante cuando con el devenir del tiempo, los viejos amigos se reencuentran y conservan no tan solo aquella amistad, sino que tienden un puente sobre la sinceridad de la misma, en tiempo donde lo pasajero  corrompe hasta la verdad.
Estas líneas tienen el propósito de darte las merecidas gracias por lo que escribiste, luego de haber salido publicada mi crónica sobre la década del 70, la cual para nuestra generación estuvo llena de emociones y dificultades que hoy nos abruman de recuerdos.
Dichas opiniones dejan esclarecido parte de los conceptos externados en el mencionado artículo, pero tiene la virtud de recordar otros personajes que al igual que nosotros también jugaron papeles importantes en ese espacio histórico, que pudieron permanecer en el anonimato  si no es por tu certera memoria, que en un espacio apropiado logró rescatarla del olvido.
Creo que tienes razón sobre la historia que recuerda sobre Marino, si no me falla la memoria, así logró salir ese personaje inolvidable del país.
Nuestro propósito, le explicaba a un crítico de nuestras publicaciones, no es prolongar lo pasado en el tiempo, porque como dijo ese poeta verdadero, “la eternidad no tiene tiempo”, pero sí colocar en su sitial a muchos de nuestros ciudadanos comunes, que cuando consideraron que su país lo necesito dijeron presente y su presencia. Nunca ha sido ni la han pretendido convertir en facturas para prebendas o pago por servicios prestados a favor de la patria, como han realizado muchos, sin necesidades materiales en su diario vivir.
Tu recuerdo me hace revivir el día que Jocelyn de los Santos tiró los volantes contra el gobierno, durante una excursión del liceo  local a la Capital del país, creo que fue la gran primera jornada que aconteció  de ese movimiento, jornada que había desaparecido momentáneamente  de mis gratos momentos pero que había permanecido en un sitial de privilegio, no tan solo por lo que produjo, sino por el inolvidable personaje que la realizó, a quien cuando lo encuentro en algunos lugares públicos, lo abrazo y no encuentro forma para expresarle mis más grandes afectos.
Hoy en nuestra madurez otras son nuestras inquietudes y obligaciones, pero siempre nos ha unido lo cultural, a lo que tú y al igual que yo, le dedicamos parte de nuestra existencia, independiente de la labor alternativa que el tiempo  y las necesidades no exigen realizar.
Ayer visité nuestro pueblo, recorrí las calles por donde nuestra juventud transcurrió, quizás antes de tiempo por el cúmulo de obligaciones asumida, pero tuve espacio para ver, sin la hermosura de antaño, la casa de Ramón, y revivir los momentos de bohemias que nos brindó ese lugar, al mismo tiempo en que corrían por mi memoria sus tertulias literarias  que de manera improvisadas se desarrollaban junto a sus hermanas.
Esas inquietudes imborrables espero que continúen marcando el resto de nuestras vidas y así como ayer podamos continuar trabajando en los diferentes lugares que no coloca nuestra existencia por lo que siempre ha sido nuestra utopía: El engrandecimiento de nuestra nación.
Un abrazo fuerte para ti y los tuyos.
.
Teódulo Mercedes (Plinio)

Nota: La mayoría de los muchachos que aun viven, (Milton y los demás)  que  han comentado lo escrito, te envían saludos y preparan un gran reencuentro.

No hay comentarios: