Buscar este blog

martes, 9 de febrero de 2010

8va. Tertulia El Patio del Doctor


TERTULIA

“EL PATIO DEL DOCTOR”

C/ Wenceslao Ramírez No.96

Teléfono: 809-710-4205

Tema: Opinión Plural Sobre el Hermano Pueblo de Haití

Fecha: Viernes, 5 de Febrero 2010

Hora: 7:30 p.m.

Invitados: 25 contertulios

Asistentes: 9 “

Anfitrión: Sobieski De León

Asistentes: Prof. Ney Sánchez, Prof. Carlos Vicente Castillo (Villa), Prof. Roberto Rosado, Prof. Ramón Paniagua, Prof. Rubén Zabala, Prof. Marcos Forastieri, Prof. Sinecio Ramírez, Prof. Jorge Washington Prince, Laura Merán.

Hora de convocatoria: 7:30 p.m.

Inicio de tertulia : 9:00 p.m.

Terminó : 11:30 p.m.

Duración : 2 horas 30 minutos

Con la asistencia de nueve contertulios, todos profesores excepto uno, se inició la “8va. Tertulia El Patio Del Doctor” (1ª. del 2010). El programa se inició con la bienvenida a los asistentes y el agradecimiento del anfitrión por su presencia y preocupación social en el tema. A seguida se pidió una autopresentación y concluida ésta el anfitrión pasó a leer lo que nombró una introducción-motivación del tema con el título: Opinión Plural Sobre el Hermano Pueblo de Haití. Terminada la lectura se abrió una ronda de exposiciones de los contertulios. Todos esperaban con ansiedad este momento. Se hizo la observación de que la tertulia era expositiva mas no deliberativa por la complejidad del tema y por el tiempo programado para toda tertulia (no más de 2 horas).

El primer turno le fue concedido al ingeniero y genealogista profesor Sinecio Ramírez (9:35 p.m.). Inició sus palabras expresando que era miembro de una “Comisión Domínico-Haitiana de Empresarios y Comerciantes de Haití y República Dominicana” con asiento en San Juan de la Maguana. Esto –dijo- le había permitido conocer muchas ciudades de Haití como Veladero, Juana Méndez, Anse a Pitre, Carrefour, Puerto Príncipe. Sostuvo que “tanto Haití como la República Dominicana tienen sus características propias y cosas que les son comunes. En Hincha por ejemplo, donde nació Pedro Santana, viven un numerosos primos por parte de la “Familia De Los Santos” que todavía no hemos tenido tiempo de ir a conocerlos. Hincha y San Miguel de la Atalaya fueron ciudades dominicanas que pasaron a ser parte de Haití en virtud de algunos tratados o acuerdos, pero eran territorios netamente dominicanos”. “El proceso que hemos tenido dominicanos y haitianos es rico en matices, pero tenemos un destino muy divergente. Realmente la diferencia entre los dos no es tan grande. En ambos países la mayoría somos mestizos. Siempre se ha querido quitar méritos a gente como el general Timoteo Ogando (de Pedro Corto) por ser “medio oscurito”. El racismo nos perjudica. Hay que recordar que nosotros no somos blancos. Es un embuste que nos enseñaron por mucho tiempo. Pero el color no tiene importancia. Los chinos son ejemplo de progreso y no son blancos. Los países ricos de determinada raza lo son por ciertas circunstancias. En nuestro pueblo hay una presencia negra que no podemos negar. Tenemos influencia muy grande de Francia, España, Italia, de los árabes, de los asiáticos y de los esclavos negros que vivieron aquí y son la base de la carne de la población nuestra. Influencias todas muy valiosas. El aporte negro debe ser reevaluado”. Por otra parte el ingeniero y genealogista expresó: “Haití es un retrato de lo que era la República Dominicana hace unos 70 años: Un país rural, semianalfabeto, con niveles muy bajos de educación. Pero es un pueblo noble que le gusta el trabajo y no se avergüenza de trabajar como ocurre con muchos dominicanos que no le gustan trabajar”.

Prof. Ramón Paniagua (9:47 p.m.)

“Los problemas dominico-haitianos son complejos. Voy a expresar algo y tal vez se catalogue de herético lo que voy a decir, pero la Revolución Haitiana, la de Toussaint y Dessalines, ¿fue realmente una revolución? Ahí hubo muchas contradicciones que es preciso resaltar.

No podemos negar que el “amor a la libertad” y “el valor” eran dos méritos de los haitianos y esto lo decía precisamente Duarte”.

“Haití estaba colapsado mucho antes de este terremoto. Desarticular las Fuerzas Armadas en Haití fue entregar al caos el país. La intervención norteamericana de 1915 en Haití fue de una magnitud mayor que la de este terremoto del 12 de Enero 2010. Fueron los yankees quienes destruyeron la economía de Haití lanzando a miles de campesinos al desempleo y desarraigándolos del campo”.

El profesor siguió haciendo una serie de consideraciones de carácter histórico sobre Haití en un hervidero de ideas que fluían de su cerebro de académico del CURO-UASD e investigador apasionado de estos temas domínico-haitianos.

Se preguntó “qué tipo de revolución fue la haitiana de 1804 cuando sus dirigentes Toussaint y Dessalines a imagen de la mentalidad monárquica europea se asignaron roles de la nobleza, de la monarquía haciéndose adorar como emperadores, marqueses, duques y otros titulos nobiliarios. Lo mismo hicieron sus sucesores Henri Cristophe

y Soulouque. Incluso había mucha disputa entre negros y mulatos y se hacían nombrar de por vida en su trono”.

Distinguió entre los dictadores haitianos y los dominicanos y de cómo en Haití nunca hubo un dictador como Trujillo, no porque Trujillo fuera bueno sino porque tenía una estrategia de “nación” y desde el punto de vista del análisis concreto de la historia hubo muchas realizaciones concretas que exhibir y una economía vigorosa aunque todo estuviera centralizado en sus manos. No pasaba igual con los dictadores haitianos que no fueron capaces de hacer algo parecido con Haití”. Criticó la aparente amistad que sostenía el presidente liberal haitiano Favré Geffrard con algunos dominicanos (Se decía amigo de Sánchez por ejemplo y después le dio la espalda cuando lo de El Cercado: Nota del relator). Para el prof. Paniagua, Geffrard era un solapado que era amigo de los dominicanos “porque le convenía”. Pero al darse cuenta que no podía resolver los problemas de los haitianos entonces alentó una “invasión pacífica” hacia el lado dominicano.

Casi nadie se dio cuenta de su astucia y ya teníamos el país lleno de haitianos hasta que en la Era de Trujillo se resolvió el problema definitivamente”. (Se refería a la matanza de haitianos por el régimen dictatorial de Trujillo asesorado por sus intelectuales orgánicos a en el año 1937 donde murió un número indeterminado que muchos sitúan entre veinte mil y treinta mil haitianos asesinados: Nota del relator).

Para el profesor de Historia Ramón Paniagua la pérdida de Hincha y otros territorios dominicanos que pasaron a formar parte de Haití se debió según sus argumentos, a que “en los primeros treinta años de actividad de Toussaint, esos territorios empezaron poco a poco a ser

poblados por haitianos y a ser cultivados. Así paulatinamente fueron desarrollando sus costumbres hasta que lo sintieron de ellos.

A Trujillo, sus asesores como los Peña Batlle y otros, le aconsejaron “que dejara eso así”. Trujillo firmó un acuerdo donde aceptaba la pérdida de Hincha, lugar donde había nacido Pedro Santana y que un grupo de irresponsables en estos días afirmaban que éste era haitiano porque había nacido en Hincha. Pero Hincha entonces era parte de nuestro territorio, era dominicano”.

Prof. Marcos Forestieri, médico y antropólogo (10 p.m.)

Este distinguido contertulio basó su exposición fundamentalmente en el aspecto cultural y antropológico. Sostuvo que “el pueblo haitiano tiene que revisarse”. Se preguntó: “¿Se pueden reconciliar entre ellos?¿Pueden los blancos haitianos ver a los haitianos negros como sus hermanos? Para Forastieri la sociedad haitiana es una “sociedad fragmentada y racista pues tienen en su constitución que un blanco no puede ser presidente de Haití”. Tienen que unirse primero. “Los haitianos se han vuelto contra ellos mismos”, sostuvo. (En esto coincidía con algunas ideas echadas a andar que sostienen que el pueblo haitiano se odia a sí mismo, que los haitianos se odian entre sí. Se basan en un aspecto “fonético” según el cual al pronunciar la pala
bra “haitianos”en inglés suena “héi siens” que significa “que se odian entre sí”; así mismo ocurre con la pronunciación en francés que suena “qui hait les siens” (“uno que odia a sus propios”). Yunis Segura-McNally en su artículo: Quisqueya o Ayiti, los Taínos y la Hispaniola, pone en boca de una amiga haitiana suya residente en Miami lo siguiente: “…el odio es como una enfermedad ácida que corroe nuestro país, donde el odio de unos contra otros usualmente sin ninguna razón particular, parece que es, desde el comienzo…”

(Nota del relator).

El prof. Forastieri argumentó entre otras ideas que “Haití en su historia ha tenido más de 72 dictadores asociándolo a su pobreza para apuntar que “los haitianos han sido siempre malagradecidos con los dominicanos (el profesor Paniagua estuvo de acuerdo con este criterio). Concluyó de manera contundente en que “los dominicanos no somos culpables de la desgracia de Haití. Nuestro país vivió todo lo que ha vivido Haití y tenemos otro derrotero. Haití debe sen
tarse a reflexionar de una vez por todas sobre su sociedad. Si Haití no es capaz, entonces ¿quién debe serlo?”. Pidió un minuto más al anunciarle que su tiempo había concluido. Se le concedió para terminar diciendo que “los Estados Unidos están en Haiti entre otras cosas para evitar la fuga de haitianos hacia su territorio, y que éstos creen que nosotros (la República Dominicana) somos los culpables de sus males. Ni siquiera nos dan las gracias. Esta ha sido precisamente la actitud de su presidente René Préval con respecto a nuestro país. La intensión de las Naciones Unidas se justifica. No justifico la de los Estados Unidos pero la comprendo. No debemos sobre
valorar la cultura”, concluyó.

Prof. Rubén Zabala Moreta (10:30 p.m.)

Aunque la tertulia no era deliberativa sino expositiva por el problema del tiempo, la complejidad del tema y que se trataba de opinión plural sobre el mismo, el profesor Zabala comenzó criticando la expresión del profesor Sinecio Ramírez en el sentido de que “…a los dominicanos no le gusta trabajar…”. Sostuvo que no estaba de acuerdo con ese criterio. “Nosotros –continuó- en la República Dominicana sobrevaloramos los hechos históricos que nos separan del pueblo
haitiano y no discutimos los hechos que nos han acercado. La historiografía dominante se ha encargado de eso, de separarnos. Haití tiene una historia muy particular y su tratamiento presenta un gran problema. Nosotros lo vemos como etnocentrismo. Decimos: los dominicanos somos superiores.

En 1920 comienza a repoblarse Haití, logran una religión, una lengua y ambas cosa logran integrar a los haitianos. Esto es un efecto importante a destacar. Una religión fomentada en la oralidad logra contruir un pueblo analfabeto. Es un elemento importante a destacar. Lo mis
mo ha hecho el creole. Los haitianos logran crear ese código común”.

Poeta y profesor Jorge Washington Prince Florencio (10:37 p.m.)

Se pregunta y dirige su interrogante a la tertulia “…si el voudú ha ayudado en algo a Haití…”. Luego el profesor Marcos Forestieri le contestaría que “en mucho” y le explicaría con breves palabras e imágenes cómo esos seres humanos desarraigados de su tierra Áfricana, metidos en un barco negrero y llevados a más de diez mil o quince mil kilómetros de sus hogares, de su origen, muchos de ellos tirados a los tiburones por la crueldad de sus amos negreros por los
más nimios caprichos y sencilleces. Cómo estas gentes sometidas al hambre, a la desnutrición, a las enfermedades, vivían una vida de espanto ante la posibilidad inminente de la muerte, de la desaparición física y recurren al voudú (¡a sus dioses!) para su salvación. Entonces el voudú como religión le sostiene la existencia y al mismo tiempo la usan como “medicina” que le cura “sus males”. No había otra opción en esas circunstancias. ( Nota del relator: Nos recuerda el
“poder” de Liborio Mateo en esas mismas circunstancias: Liborismo como religión popular y curanderismo como medio de sanación ante la imposibilidad de otras opciones. Además Liborio es un negro, descendiente de nuestros negros africanos traído a la isla como esclavos y al mismo tiempo influido por la práctica voudú. Debemos recordar que existe un voudú haitiano y un voudú dominicano como nos enseña Carlos Esteban Deive).

Para Jorge Washington, los haitianos están tan apegados a su identidad que “andan por París con su calavera en la mano”.

Profesor de Historia Roberto Rosado (10: 52 p.m.)

“La Revolución Haitiana encuentra dos cosas: 1) la lucha racial y 2) y la lucha nacionalista. En ese trayecto se da le Tratado de Basilea (de 1795) que es lo que nos hace “franceses”. Esto da como resultado una lucha anti-esclavista, anti-racial. Haití se fue conformando con una presencia tan real de los imperios que se fue metiendo en un proceso involutivo. Eso es una cosa que está ahí, con terremoto o sin terremoto. Haití es realmente un Estado Fallido. No somos nosotros sino Haití que es una nación que no produce nada ni tiene posibilidades de producir. Haití debe entender su concepto de nación y que la culpa de su situación no es del país más cercano (República Dominicana). El comportamiento del haitiano –y tengo experiencias personales de familiares casados con haitianos-, es del “mal agradecido”; el haitiano no agradece. Haití es una nación atrapada por los intrusos y por sus propios problemas”.

“Duarte decía sin embargo, que “era un pueblo con autodeterminación”. Debemos enseñar que las dos naciones –República Dominicana y Haití-, son diferentes. Debemos ser solidarios con el pueblo haitiano pero deben existir controles para respetar la diferencia de ambos pueblos. Y hay que decirle eso al mundo. Hay que publicitarlo, propagandizarlo. Porque no es casual que su presidente René Préval no reconozca públicamente la ayuda de la República Dominicana y
reconozca la de otros países como Cuba, Venezuela, Ecuador o la de los Estados Unidos. No es casual eso”.

Profesor Carlos Vicente Castillo (11 p.m.)

Hace una introducción de la importancia del tema y la necesidad de que se publiquen opiniones como éstas en todos los medios de comunicación de masa. Aboga porque se lleven estos conceptos a la radio, a la televisión, a revistas, periódicos, para educar a la gente en estos
tópìcos. Termina preguntándose y preguntando a los demás: ¿Acaso los haitianos conocen todo lo que estamos hablando esta noche aquí? (El anfitrión hace un aparte y le contesta que “sí”; conocen eso y mucho más. Hace una anécdota de cómo los haitianos –tal como decía Jorge Washington Prince y Rubén Zabala- tienen una recia identidad con su nación y la defienden en cualquier sitio. “Encontrándose en una fiesta familiar un dominicano y un haitiano en la ciudad de New York hace unos treinta y cinco años atrás, en medio del desarrollo de la conversación, el dominicano se indignó hasta la coronilla porque el haitiano intentaba convencer a todos los presentes que la República Dominicana de hecho no existía sino Haití, porque “la isla era una e
indivisible”. Tienen metido ese criterio de Toussaint L’Overture en tre ceja y ceja –y se lo enseñan en sus escuelas desde párvulos-.

El profesor de Historia Ramón Paniagua confirmó a los presentes que era cierto que a los haitianos todavía les enseñan ese argumento de Toussaint. Por otra parte el profesor Forastieri es de opinión de que los haitianos son “racistas” porque mantienen en su constitución
que “ningún blanco puede ser presidente de la República de Haití”.

Algo más puede agregarse, esa misma constitución dice que “ en cualquier parte del mundo que nazca el hijo de un haitiano, ese vástago es haitiano.

Si pensamos cuántos haitianos están naciendo en la República Dominicana y como sectores como la Iglesia Católica quiere imponernos a través de su fuerza de choque intelectual, los “jesuitas” y sus anti dominicanas “ONGs” en nombre de su falso humanismo cristiano la aceptación de esos nacionales, la emisión de cédulas de identidad a su favor, la inscripción en nuestras escuelas de sus niños y otras exigencias que socavan nuestra soberanía nacional y que es precisamente la
estrategia de los imperios: Estados Unidos, Francia y Canadá.

Podemos presentir la “haitianización de la parte Este de la isla”, el insistente mito de Toussanint, es decir la desaparición de la República Dominicana como nación libre e independiente tal como la soñó y creara Juan Pablo Duarte desprendida precisamente del yugo haitiano.

A los haitianos se les enseña inglés y francés en sus escuelas desde la primaria. Para algunos (aunque lo creemos exagerado) las dos tercera partes de los haitianos hablan inglés. Lo cierto es que muchos los hablan. Pero también muchos hablan español y lo están aprendiendo. Podemos decir que Haití es un pueblo políglota o potencialmente políglota. En eso también se diferencia del pueblo dominicano, que se niega incluso a aprender creole por su etnocentrismo. ¡Ydeberíamos hacerlo!.

La mayoría de los dominicanos creen que el pueblo Haitiano es un pueblo sin cultura, un pueblo de salvajes. Centran su observación en los braceros y su vida en los bateyes dominicanos. Creen con sus ideas etnocentristas como dijera en esta tertulia el profesor y sociólogo Rubén Zabala que “somos superiores a los haitianos”. Forestieri decía que “los haitianos debían revisarse, lo mismo Rosado y Paniagua, pero nosotros agregamos que también nosotros los dominicanos deberíamos revisarnos frente al problema haitiano. No seguir creyendo que “somos superiores a ellos”.

El mismo profesor Sinecio Ramírez decía esta noche que “los países ricos de determinada raza lo son por ciertas circunstancias”. Y el profesor Paniagua argumentaba de la falsa amistad de Favré Geffrard con los dominicanos y su “invasión silente a nuestro territorio” y como terminó esto en una tragedia para los mismos haitianos en 1937. Hay documentos que testimonian como los mismos haitianos (el presidente de Haití) recibió “el pago por esa matanza a razón de un dólar por cada haitiano asesinado”).

¡Y ni siquiera invirtieron ese dinero en Haití!, sino que fue a parar a mano de los traidores y ladrones nacionales. La tragedia del hermano pueblo de Haití es horrible, alienante y multifactorial.

El ex – presidente dominicano Jacobo Majluta siempre sostuvo el mismo criterio de la “invasión silente”. Nunca variaba el número de haitianos que para él residían en la República Dominicana (¡un millón!). Tenemos anti-haitianos rabiosos como la Familia Castillo que dicen algunas
verdades, escriben media-verdades, ocultan verdades y exageran los males de la República Dominicana que hacen caer sobre los haitianos. Otros intelectuales y escritores negros dominicanos odian a los negros haitianos.

Todo esto encaja con la preocupación externada en la tertulia por nuestro profesor histórico del Liceo, Ney Sánchez (11:04 p.m.):

“…Qué nos espera después del terremoto en Haití? ¿Qué nos espera?...”

Laura Merán, la única voz femenina aquella noche nos trajo algo que había escrito a propósito de la tertulia. Hablaba del sufrimiento del pueblo haitiano y del sufrimiento del pueblo dominicano y clamaba a Dios que nos meta su mano…Ella cree que sólo Dios puede hacerlo.

Nosotros agregamos: “Y una conciencia social de clase, un verdadero amor latinoamericanista, un auténtico humanismo y sobre todo un real sentimiento anti-imperialista. Sólo eso salva a los dos países”.

(Relator y cronista: Sobieski De León Lazala; 6 de Febrero 2010, San

Juan de la Maguana).-

No hay comentarios: