La familia Méndez tuvo mucho que ver en la exploración y colonización de estas nuevas tierras.
Veamos la historia de uno de los pioneros protagonistas: Diego Méndez Al decir de Louis André Vignand, traduciendo el Boletín del Archivo General de la Nación, Año LXIX, Vol. XXXII, Núm.119, con el titulo, Diego Méndez, secretario de Cristóbal Colón y alguacil mayor de Santo Domingo Bosquejo biográfico dice:
“En 1503, Diego Méndez desafió al mar realizando en una canoa la peligrosa travesía desde Jamaica a Santo Domingo. Por esta atrevida hazaña, que tuvo éxito, con el objeto de enviar socorro a Colón y sus compañeros que estaban encallados en Jamaica, Méndez ha alcanzado fama en las páginas de la Historia. Además, su narración, contada de una manera que ilustra mejor el significado de su vida, también arroja luz sobre otras facetas de la entonces incipiente era poscolombina”. (….) Detenido, pues, en Jamaica, Colón se encontró con que las reservas de comida habían quedado dañadas por el clima y el agua del mar, por lo que nuevos suministros debían ser obtenidos de los nativos, cuya aparente buena voluntad quizá no durase mucho. Después de unas cuantas semanas, el Almirante decidió enviar un mensajero a La española a cada, en canoa, ya que éste era el único medio de transporte disponible. Diego Méndez se ofreció como voluntario para emprender tan peligroso viaje. Zarpó en una canoa con seis remeros indios, escoltado por otra comandada por un genovés, protegido también del Almirante, que se llamaba Bartolomeo Fieschi.
Buscando información genealógica en el referido documento encontramos que: “De acuerdo con su testimonio, sus padres, García Méndez y María Díaz, eran nativos de Zamora. Su progenitor había sido continuo de Enrique IV, rey de Castilla. Durante la guerra de sucesión que siguió a la muerte de Enrique (1474), el padre de Diego abrazó la causa de Juana, hija de Enrique, mejor conocida como “la Beltraneja”, quien casó con su tío, el rey Alfonso de Portugal. Después de la derrota de sus tropas y de la pérdida de Zamora, Alfonso y su novia se retiraron a Portugal, por lo que García Méndez hubo de seguirles, y dejó tras de sí a su esposa y a un niño.
La madre de Diego murió enseguida y después de terminada la guerra García regresó a España y llevó consigo su hijo a Portugal. Allí le confió al cuidado de un amigo, Lope de Alburquerque, conde de Penamacor.”
Un tropiezo en el entendimiento real del hecho histórico es la afirmación, en una página digital de la Internet, que habla sobre el origen de Azua, donde se afirma que:
“Ovando durmió en azua en casa de Diego Méndez, cuando se dirigía al cacicazgo de jaragua donde ordeno LA GRAN MATANZA de nuestros indefensos y pacíficos INDIOS. O dicho de otra manera: en la firmación de que “Respecto al nombre de Compostela, Antonio Delmonte y Tejada en su “Historia de Santo Domingo”, así como otros, afirman que se llamó de Compostela en memoria de un caballero Comendador llamado Diego Méndez natural de Galicia, que estaba avecindado allí y quien hospedó en su casa a Ovando, cuando éste regresaba a Santo Domingo de su célebre campaña a Jaragua2
Quizás es mas acertado decir que “En el 1503, a este poblado llegó Diego Méndez, en Canoa desde Jamaica; venía en busca de ayuda para Colón y los marineros allí varados. Diego Méndez se refugió en el bohío del Comendador Pedro Gallego, el cual le informó el destino de Ovando”
Continuando con el documento de Louis André Vignand, traduciendo el Boletín del Archivo General de la Nación leemos:
“Cuando llegaron a La Española, se enteraron de que el gobernador Nicolás de Ovando estaba en Jaraguá sofocando una rebelión, donde hizo colgar o quemar vivos a los cabecillas de la misma.
Méndez fue a Jaraguá y entregó la carta del Almirante para el gobernador. Ovando le dio una bienvenida amistosa, pero como no le gustaba que Colón regresara a La Española, no tuvo prisa en proporcionarle la ayuda necesaria, por lo que retuvo a Méndez durante los siete meses que aún permaneció en Jaraguá. No sería sino hasta marzo de 1504 que Méndez pudo llegar a Santo Domingo, donde, después de un trimestre, se las arregló para arrendar una carabela que acababa de llegar de España cargada de provisiones, y enviarla a Jamaica. Sin embargo, él no acompañó a aquel barco de rescate. Ansioso de retornar a Castilla, con cartas de Colón, llegó a España en 1504 y se presentó ante los reyes. Mientras tanto, el Almirante había pasado por muchas tribulaciones en Jamaica, incluyendo dos rebeliones consecutivas dirigidas por los hermanos Francisco y Diego Porras. Colón y sus hombres no pudieron partir en la carabela enviada por Méndez hasta el 28 de junio de 1504, y desembarcaron finalmente en Sanlúcar de Barrameda el 7 de noviembre”.
Como veremos más adelante
Diego Méndez llegó a convertirse en una persona legendaria porque su travesía desde Jamaica a La Española en una canoa era de todos conocida. “Méndez halló una oportunidad de capitalizar su notoriedad, Mientras la Corte pasaba por Fuente de Cantos, un pequeño pueblo de Extremadura, ahí, en presencia del rey, recordó los muchos servicios que él había hecho en las Indias y como recompensa le pidió a Fernando que le hiciera caballero. El monarca accedió y la ceremonia se desarrolló al punto; Méndez se arrodilló y pasó su espada a Fernando quien le armó caballero, “caballero de espuelas doradas”. Lope de Conchillos, el secretario del rey, quien fue testigo de la ceremonia, suscribió el testimonio oficial. Ésta fue probablemente la hora más feliz para Méndez. Pero aquí no acabó todo, porque dos años más tarde le fue otorgado a perpetuidad para él mismo y para sus descendientes un escudo de armas que mostraba una canoa, con dos indios a cada lado sosteniendo un palo de oro.”
En búsqueda de encontrar los orígenes en América de los Méndez, resumimos del extenso documento que En Sevilla, al registrarse para regresar a Santo Domingo, Méndez hubo de retardar su partida al casarse con doña Francisca de Ribera, hija de Velasco Pérez de Ribera, y hermana de un colonizador de La Española.
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