Dedicado a los
combatientes guerrilleros que desembarcaron por Caracoles, el 2 de febrero de
1973 y su comandante supremo, Román- Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Una historia de leyenda ficticia pero que pudo ser real a
partir del 2 de febrero de 1973.
El Agüita de Liborio Mateo
Santuario Guerrillero en el valle
Maguanero
Primera Parte
Juan Tobías León Ortega©
Una tarde fresca de
invierno, en el corazón del valle que una vez albergó al cacicazgo Maguana, los
días con muy pocas lluvias para un valle bendecido por las masivas
precipitaciones, olor a humus seco, el canto del Barrancolí cuyo sonido se
asemeja a alguien llamando a Julián Chiví. Se sentía la fresca brisa de
invierno con sus días resplandecientes: El final del año de 1972, el mes de
diciembre. Las navidades ya se estaban acercando, la alegría de las familias
sanjuaneras, el final de los grandes monzones en las zonas arroceras del valle
se sentía, un respiro de los crueles mosquitos -zancudos que temían al
invierno. Pero como San Juan tenía una eterna primavera, las flores esparcidas
en los jardines hogareños, al compás de
la brisa de invierno, las noches estrelladas y una luna vigilante de los
enamorados que se atrevieran a desafiar su luz resplandeciente.
-Te interesaría participar con nosotros? Se oye una voz que resuena rompiendo el
silencio. Las calles polvorientas de un ficticio Macondo del San Juan de la
Maguana de la víspera guerrillera de 1973, en las periferias de las barriadas
de la calle 12 de Julio. -Crees que las
paredes oyen? Le respondo al joven comando urbano, vestido como un andrajoso de
la calle, cubierto por hollín carbonífero, como si fuera un olvidado de Les
Miserables de Victor Hugo. El me mira con una sonrisa serena y tierna, como si se
tratara de un paseo al campo. Me contesta: -Por aquí tenemos en las miras a los
calieses del régimen balaguerista , al G-2 del ejército y al servicio secreto
de la policía, para que no sientas temor, me dice firmemente. Sigue diciendo-Muy
pronto, mi querido Tobi estos arrabales serán convertidos en calles de
liberación.- Ajá, así están las cosas? le riposto. - ujúm, me dice, pujando de
sorbo en sorbo, una taza de café caliente que la vieja Georgina le había
preparado.-Tómese su café mi vale Crescencio porque se le va a enfriar -Ay sí
mi quería' Gerogina, gracia po' recodármelo. - Cuándo nos volveremos a ver mi
pai? Le pregunto. -Muy pronto mi Tobi.Pero esta vez no nos vamos a reunir aquí.
-Okay le digo.
El comando urbano
desapareció en el horizonte de la 12 de Julio por algún lugar que sólo él
sabía. Andaba con un burriquito con serones y sogas. Se decía llamar el vale
Crescencio en las calles polvorientas de San Juan de la Maguana, pero en
realidad su nombre de guerra era Manuel, el comandante Manuel. Dentro de los serones levaba tremenda cosecha
del mejor conuco verdulero: Tenía un
fusil AR-15 con balas y cargadores como para resistir casi medio día. Pensé en
ese fusil característico con el gusto
del Coronel Caamaño durante la guerra patria de abril de 1965: Su fusil
predilecto. Similitudes con el glorioso Coronel Caamaño? Me pregunto.- Con el comandante Manuel, alias vale
Crescencio, comando urbano, voy a descifrar todo este enigma, me dije.
-Qué lindas se ven las
montañas norteñas muchachos.- Esos cerros y montañas de la cordillera, cerca
del parque José del Carmen Ramírez corazón de nuestra cordillera Central
-Quisiera estar por la Maguana entre pinos y baitoas, por Sabana Yegua, cerca
del Agüita de Liborio Mateo, el río San Juan, qué bonito y cristalino como para
uno darse un chapuzón y después dar un buen cocinado de un tremendo locrio de
pollo criollo, con una buena empaguetada
con mucha salsa de tomate y queso rallado, y después el chapuzón en las
aguas cristalinas del San Juan.- Wao!
También uno añora lo bueno. -Bueno no se parece en nada al festín de la casa de
un burgués donde hasta con champagne se brinda para el aperitivo.
-No sueñen muchachos ,
no nos convirtamos en " el Segismundo de Calderón de la Barca": La Vida es un
Sueño.- Sí compañero, pero ahora estuviera yo dándome esa hartura y después del
chapuzón en el San Juan, me recostaría en la sombra de los pinos o de la
baitoa.-! Aire puro!
-Liborio Mateo conocía
todos esos trillos y montañas y le hizo una guerra de guerrilla formidable a
los gringos en el 1916. -Por qué nosotros no se la podemos hacer al régimen
opresor de Balaguer? - Quién dice que no?- Todo es posible. -Nosotros no somos hijos de Segismundo.
-Tenemos los pies bien puesto, somos soñadores realistas, y a eso vamos muy
pronto.
-Has sabido algo de
Manuel, compañero? -Hace mucho que no sé de él. - Cógelo suave Tobi, Manuel se
aparece como un relámpago. - Manuel es la nada en la nada. - Su sonrisa como la
del buen vale Ñico, ahora convertido en vale Crescencio lo convierte como en un
ángel de la libertad. -Sí tienes razón compañero. - El compañero Manuel es
digno de confianza, su moral revolucionaria es como un faro de luz. -Manuel es
un incansable luchador. -No es de esta región sin embargo conoce todas las salidas del pueblo y
parajes. -Es como si él fuera un ingeniero cartógrafo, te puede trazar un mapa
en lo que canta un gallo. Había sido estudiante de ingeniería civil en la UASD
y de agrimensura. - Qué diablura de personalidad la del compañero Manuel, es un genio el condenado. -Esto me orgullece,
pues estoy en buenas manos.
-No creas compañero, no
te dejes llevar por las apariencias, que en ese mismo ejército balaguerista de
asesinos hay muchas contradicciones y la lucha de clase es una constancia. Yo
escuchaba a los muchachos hablar de las cosas más importantes. Los muchachos parecían como grandes expertos,
no hablaban lo indebido, iban al grano de las cosas. - Aquí no se habla
compañero, se actúa. Evitaban la exposición en el público donde abundaban los teóricos
especialmente en el parque Sánchez cuando la horda de estudiantes
universitarios inundaban de grupo en grupo al parque en las cortas vacaciones. Aquellos
muy enamorados, se mezclaban con los parroquianos parqueros, abrazados de sus
jebas, así simulaban en el boulevard de los recuerdos. -Pero quién no compañero? -Verlas hermosa, con unos
labios deseosos de un beso. -Sí compañero, para eso somos hombres y no nos
rajamos ante una hembra. -Pero tú sabes compañero, hay que hacer el trabajo
para que no nos agarren cometiendo indiscreciones tal y como lo hicieron no
hace mucho algunos comandos en la capital por andar detrás de una falda.
-Discreción compañero, discreción.
Estaban divididos en células barriales,
conocían todos los detalles y movimientos de los organismos de seguridad del
ejército y la policía, habían ubicado a todos los guardias y los policías por
toda la ciudad, donde tenían nombres, apellidos y dirección de todos, incluidos
los nuevos que llegaban de traslado así como los que se iban. Por todos los pueblos del país se aplicaba el
mismo libreto. Fue la idea de un genio la labor de inteligencia de los comandos
de la resistencia. Una base de apoyo
montuna como retaguardia, con una sólida base urbana y callejera. Todo marchaba
al vapor. Más gentes reclutándose cada día al movimiento.
Mi encuentro con el
compañero comandante Manuel fue como siempre, una sorpresa. -Cómo etá uté mi
niño? Uté se ve mu buenmozo cada día. - Yo tengo mucha jambre y voy a comer
aquí donde mi comai Filó, dice el vale Crescencio cabizbajo y con su estilo jorobado como si estuviese derrengado. Quién
iba a pensar que aquella entelequia humana que respondía al nombre de Vale
Crescencio era nada más y nada menos que un fogueado comandante guerrillero,
que estaba organizando tanto a comandos urbanos y a guerrilleros montunos en el
valle maguanero, con una personalidad de intelectual y un carisma
extraordinario entre los vecinos. La
verdad es que el compañero comandante Manuel era todo un actor, una vez le
recalqué en las montañas, que si sabía cuál profesión había elegido, y reventó
en carcajadas. Porque para mí sí tenía talento como actor. Inmediatamente los muchachos toman sus
precauciones y envuelven al comandante Manuel en una especie de escapatoria y
lo introducen en un aposento apartado. Esta vez nos estábamos reuniendo por el barrio
de los Transformadores en la parte
sureste de la ciudad cerca de la Culata, lo cual era muy peligroso, pues era
una zona plagada de simpatizantes de Balaguer y además muchos guardias,
policías y calieses vivían en la zona. Me estaba esperando con su sonrisa de
bonachón. _Qué tal compañero? Su
personalidad había cambiado en segundos y ya hablaba como el comandante Manuel.Ya
se decidió unirse a nosotros? -Sí. Le
digo. - Cuál es el próximo paso? Le
pregunto. El comandante Manuel me fue introducido por el hermano de un ex alto
líder estudiantil de San Juan de la Maguana - Usted deberás partir hacia las
montañas con un grupo de compañeros que los van a escoltar hasta cierto punto y
después de ahí otro grupo los va a guiar hacia el campamento, me insinúa el
comandante Manuel. -Okay, le digo. -Cuándo nos vamos? - El domingo de la próxima semana. -Vengas vestido como
para un paseo de campo, no levantes ninguna sospecha, haga entender la
naturalidad de su paseo. -Además, traiga lo necesario de uso personal con
usted, sobretodo, suéteres o alguna frazada -Muy bien le digo. -Además me
insinúa: -Usted compañero deberá tener de ahora en adelante un nombre de
guerra. -Has pensado en alguno? me pregunta - Sí mi comandante:-Ramón le digo. Se despidió de mí con un fuerte apretón de
manos. -!Hasta la victoria compañero! Me dijo muy emocionado. El compañero comandante
Manuel era un comando altamente especializado, sabía guerrilla urbana y
guerrilla montuna, llegó a ser nuestro comandante de la zona sur oeste-Agüita
de Liborio Mateo. Según supe después había ido a China y a Vietnam a tomar
cursos de guerrillas urbanas y montunas.
Él mismo nos impartió algunos cursos en las montañas, especialmente en
el manejo de las armas del bloque socialista, las cuales el ejercito
balaguerista muy pronto sabría de su poder de fuego.
Lo más difícil de todo
iba a ser el momento de separarme de mi familia. Yo le comenté a mi mamá que me
iba a quedar en la capital tomando unos cursos especializados en la
universidad. Me dolió mucho haberle mentido pero algo había que hacer. Ella
como siempre me dio sus bendiciones:-Bueno mi hijo, que el Señor te protejas.
Amén.
El parque Sánchez,
frente a la casa donde crecí, los recuerdos de mi andanzas sanjuaneras, mis
amigos, mis amores que fueron y los que no fueron. El bullicio del parque de
los domingos, con los teatros Antonieta y de Miguel Marranzini, los bares
Tamarindo Tupinamba y el restaurante
Central , el paseo de las chicas hermosas por el parque, luciendo sus encantos.
!Cuándo volveré a mi hogar!
Ya las luces del pueblo
no se veían. Entramos evadiendo caminos por donde podía haber una posta militar
o un alcalde pedáneo, el vehículo paró su trayectoria. Ya nos estaban esperando un grupo de
compañeros armados hasta los dientes con fusiles automáticos, granadas y armas
de apoyo semi-pesadas. -!Mi Dios! Exalté. -!Esto sí es poderoso! Cuando veo a
lo lejos a un hombre joven vestido de verde olivo fuertemente armado y con una
pistola en la cintura y con postura erguida, que me dice: -Qué tal mi
guerrillero Ramón? No lo podía reconocer. Era Manuel en una de sus tantas
facetas. -Mi comandante, aquí estamos le digo. - Lo hizo compañero Ramón, me
alegro, me contesta con voz más robusta.
-Compañeros
guerrilleros, esta va a ser su casa desde hoy en adelante, aquí practicamos la
jerarquía pero aquí todo es de todos de acuerdo a las necesidades. Exhortó el comandante Manuel - Desde mañana en
adelante, ustedes van iniciar la escuela guerrillera. -Esa escuela es bastante
dura, los que estén dispuestos aceptar el reto, que den un paso al frente, los
que no los den, que vuelvan a la ciudad y allá nos ayuden en lo que puedan. - Nuestro
lema desde hoy adelante es: Qué somos? -ustedes contestan a coro:-Guerrilleros.
- Yo les pregunto: Hasta cuándo? - Ustedes me contestan a coro:- Para toda la
vida. -Okay , listos, arenga Manuel: Qué somos? -Guerrilleros. Hasta cuándo?
Para toda la vida. -Muy bien soldados guerrilleros.
El Agüita de Liborio Mateo
Santuario Guerrillero en el valle
Maguanero
Segunda Parte
Continuará
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